El término Cónclave proviene del latín “cum clavis”, que significa “con llave” o “bajo llave”. Ante condiciones de total aislamiento, los cardenales reunidos para elegir al próximo papa encontraron la manera de comunicarse con el mundo exterior. Pero, ¿cómo se “programa” el color del humo que distingue un resultado del otro?
La salida de la fumata por la chimenea de la Capilla Sixtina marca momentos cúlmine de la historia. La elección de un papa no es solo un evento canónico para la Iglesia Católica. Como uno de los líderes políticos con mayor llegada alrededor de todo el mundo, el Sumo Pontífice constituye también una figura de relevancia en el plano internacional.
¿Cómo cambian el color de la fumata en el Vaticano?
Las señales son claras y difíciles de confundir. Después de unos segundos de las primeras emisiones por la chimenea, puede verse claramente si el humo es blanco, lo que indica que hay elección papal, o si es negro, lo que indica que el Cónclave tendrá continuidad para seguir debatiendo y elegir al próximo lider de la Iglesia.
Pero para transmitir ese mensaje de manera clara hay un proceso por detrás. Sucede que las papeletas en las que los cardenales escriben los nombres de sus elegidos se queman al finalizar una ronda. Para lograr el humo negro, se utiliza una combinación de percolorato de potasio, atraceno y azufre. En ese proceso se da una combustión inefeciente que genera partículas de carbono no quemadas, responsables del humo negro.
Si, en cambio, un papable logró reunir los dos tercios necesarios de los votos para ser nombrado papa, la mezcla para la quema es más compleja y controlada que incluye clorato de potasio, lactosa y resina de pino. Es este último componente el que contribuye a dar el color blanco, ya que libera pequeñas gotas y partículas claras durante la combustión.
¿Qué pasa cuando se elige un papa?
El momento de la fumata blanca marca un hito en la vida de la Iglesia Católica: indica que los cardenales han llegado a un acuerdo y han elegido al nuevo Papa. Desde la muerte de Francisco, la atención global está puesta en ese humo blanco que sale de la Capilla Sixtina y que simboliza el inicio de un nuevo pontificado.
Una vez alcanzado el consenso, el cardenal decano -o su reemplazante si está ausente, como ocurre en esta ocasión con Giovanni Battista Re, impedido por edad- se dirige al elegido con la fórmula en latín: “Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?” (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?). Si acepta, se le pregunta inmediatamente qué nombre desea adoptar.
Al mismo tiempo, el maestro de ceremonias litúrgicas, junto con dos ceremonieros que actúan como testigos y notarios, redacta el acta oficial de la aceptación y del nombre elegido por el nuevo Papa.
Si el cardenal ya ha sido ordenado obispo, asume automáticamente el rol de Obispo de Roma, líder del Colegio de Obispos y Sumo Pontífice. Luego de la aceptación, los cardenales le rinden homenaje en señal de obediencia.