Una sencilla prueba para ver tu estado de salud.
Puede que los indicios de un deterioro de la salud física pasen inadvertidos. Sin embargo, en algún momento de la vida podemos darnos con que quizás, nuestra movilidad corporal no es la misma que años atrás. Esto se debe al deterioro de esta capacidad a medida que envejecemos. Para determinar si necesitamos prestar más atención a nuestro cuerpo, podemos realizar una sencilla prueba.
El ejercicio y un estilo de vida saludable son las claves para una vejez alineada con el bienestar. Por el contrario, el sedentarismo puede provocar la pérdida de movilidad debido a la falta de entrenamiento. Nunca es demasiado tarde para recuperar las habilidades, pero es fundamental conocer cuál es el estado de nuestras capacidades físicas.
El entrenador personal e investigador en práctica deportiva alemán Michèl Gleich detalló al medio Chip cinco ejercicios que deberías poder hacer para poner a prueba tu forma física. Dependiendo de los resultados podrás saber si es preciso comenzar con una rutina de entrenamiento.
Cinco ejercicios para probar tu capacidad física
El primero de ellos es la plancha lateral para poner a prueba la fuerza abdominal y del core, es decir, la parte central del cuerpo, con especial importancia para mantener la espalda sana, evitar lesiones y mantener una postura correcta. Para hacerlo, puede hacerse con la versión de rodillas o apoyando solo los tobillos. En posición lateral estirado, apoyar el antebrazo junto a las rodillas o tobillos y levantar las caderas estirando las piernas manteniendo esta posición de 10 a 20 segundos.
El segundo ejercicio son los extensores de cadera, similar al puente, con el que se fortalecen los muslos y los glúteos, así como los músculos de la cadera, esencial para los movimientos cotidianos, como subir escaleras, caminar o ponerse de pie. Para hacerlo, basta con acostarse boca arriba, flexionar las rodillas dejando los pies apoyados y subir la cadera, mantener unos segundos y volver a bajar.
El tercero es clave para la movilidad lateral, las estocadas laterales, que enfatizan el movimiento de rodillas y caderas. Para hacerlo, hay que dar un amplio paso al lado con una pierna manteniendo la otra estable y doblar ligeramente la rodilla echando los glúteos atrás, como en una sentadilla, asegurándose de mantener la parte superior del cuerpo erguida y que la rodilla no supere los dedos de los pies. Cambiar y hacerlo con la otra pierna.
El cuarto ejercicio es algo tan sencillo como gatear, un gesto habitual en niños y bebés, pero que deja de realizarse en la edad adulta. Según el experto, gatear "conecta los movimientos de brazos y piernas, lo que promueve la coordinación y la interacción de las dos mitades del cerebro", además de fortalecer brazos, hombros y core. Para hacerlo, hay que colocarse en posición cuadrúpeda e ir avanzando el brazo y la pierna opuestos, primero el brazo derecho y la pierna izquierda para luego cambiar, con un movimiento siempre fluido y controlado.
Por último, más que un ejercicio Gleich recomienda sentarse en los talones, clave para la estabilidad y unos tobillos y rodillas sanos. Si la postura te incomoda, el especialista recomienda colocar una almohada entre las piernas.








