El Vaticano ofició ayer la última misa de las ‘Novendiales’, periodo de nueve días de luto en memoria del difunto papa Francisco, mientras los cardenales se preparan para empezar a buscar a su sucesor en el cónclave que se iniciará el miércoles.
Durante este periodo de duelo, cada día se dedicó en la basílica de San Pedro una misa a la memoria del pontífice argentino. La última, fue oficiada por el cardenal francés Dominique Mamberti.
Esfuerzo
En su homilía, el purpurado describió el esfuerzo que Francisco hizo “hasta el extremo de sus fuerzas” en sus últimos días, asomándose a la basílica para la bendición ‘Urbi et Orbi’ el Domingo de Resurrección.
“Yo estaba a su lado el día de Pascua, testigo de su sufrimiento pero, sobre todo, de su valentía y su determinación para servir al pueblo de Dios hasta el final”, rememoró Mamberti.
El francés es además protodiácono del Colegio Cardenalicio, por lo que él será el encargado de proclamar al mundo la elección de un nuevo pontífice tras el cónclave con la tradicional fórmula en latín ‘Habemus papam’ (Tenemos papa).
El cónclave inciará el miércoles a las 10 (hora local), cuando tenga lugar la misa ‘Pro Eligendo Pontifice’. Por la tarde, a las 16.30 los purpurados procesionarán hasta su encierro en la Sixtina para afrontar la primera votación.
El resultado será comunicado desde la chimenea instalada en lo alto de la capilla: si el humo es blanco, se habrá elegido un sucesor de Francisco; si es negro, no habrá acuerdo y el cónclave proseguirá.








