Qué objetos personales pueden llevar los cardenales al cónclave

En este tiempo de incertidumbre, con la silla de San Pedro vacante y los ojos del mundo puestos sobre Roma, los detalles más pequeños cobran un significado especial.

Qué objetos personales pueden llevar los cardenales al cónclave Qué objetos personales pueden llevar los cardenales al cónclave
23 Abril 2025

Tras la muerte del papa Francisco, el mundo católico entra en un nuevo periodo de reflexión y transición. Uno de los momentos más solemnes y secretos del Vaticano se aproxima: el cónclave. Con él, surge la curiosidad sobre un detalle poco conocido pero cargado de simbolismo y reglamento: ¿qué pueden llevar los cardenales con ellos al ingresar a la Capilla Sixtina para elegir al nuevo pontífice?

¿Qué es el cónclave?

El cónclave es el proceso por el cual los cardenales electores de la Iglesia Católica se reúnen para elegir a un nuevo Papa. Desde el momento en que se clausuran las puertas de la Capilla Sixtina, los cardenales quedan completamente aislados del exterior hasta que se toma una decisión. Este aislamiento, que busca garantizar la pureza y libertad de la elección, también incluye restricciones muy precisas sobre lo que cada cardenal puede tener consigo.

¿Qué pueden llevar los cardenales al cónclave?

Según las normas establecidas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II y confirmada por sus sucesores, los cardenales sólo pueden llevar al cónclave objetos de uso personal estrictamente necesario. Esto incluye:

Ropa litúrgica: cada cardenal lleva su sotana roja, birreta y la muceta de ceremonia.

Artículos religiosos: se les permite portar un breviario o libro de oraciones, el rosario y algún otro texto devocional.

Instrumentos personales: como gafas, bastones o audífonos, si los necesitan para su bienestar físico.

Medicamentos: aquellos que sean necesarios por cuestiones de salud, pero deben ser declarados previamente.

Lo que está estrictamente prohibido incluye cualquier dispositivo electrónico, como teléfonos móviles, relojes inteligentes o computadoras. Tampoco pueden llevar diarios, cartas ni ningún material de lectura que no sea religioso. Incluso se vigila que no haya intentos de comunicación con el exterior durante el proceso.

Revisión y vigilancia

Antes de ingresar, los cardenales son sometidos a un control discreto pero firme por parte de personal vaticano designado. Una comisión técnica se encarga de verificar que no ingresen objetos no autorizados. Además, expertos en seguridad informática barren la Capilla Sixtina en busca de micrófonos o dispositivos de grabación ocultos.

El objetivo es garantizar que la decisión se tome en absoluta libertad, sin presiones externas ni influencias indebidas. “Lo que entra con el cardenal es su conciencia y su fe”, expresó en una ocasión el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.

Silencio y oración

Una vez dentro, los cardenales viven en la Casa Santa Marta, una residencia dentro del Vaticano, donde también se mantienen aislados y bajo estrictas reglas de discreción. Durante los días que dura el cónclave —que pueden ser pocos o muchos, según la rapidez del acuerdo—, la oración y la reflexión dominan la rutina diaria.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios