Muchas personas se sienten incómodas con las canas y se las arrancan de manera agresiva Tododisca
Hace ya tiempo que las canas dejaron de ser un símbolo negativo o una marca que debía ocultarse. En la actualidad, forman parte de una elección personal y estética: hay quienes deciden llevarlas con orgullo y quienes prefieren disimularlas con tinturas.
En ambos casos, lo importante es que esa decisión se base en el deseo individual y no en mandatos sociales. Porque lo cierto es que, cuando el cabello está bien cuidado, el tono plateado puede resultar sumamente elegante, incluso seductor.
Sin embargo, todavía hay personas que optan por eliminarlas de manera más impulsiva o agresiva, arrancándolas una a una como si eso fuera a revertir su presencia. Y ahí aparece un viejo conocido: el mito de que si te sacas una cana, nacen tres.
Esta es una frase instalada hace décadas en el imaginario popular, repetida casi como un mantra, aunque sin sustento científico. Un dicho que sigue circulando, a pesar de que sabemos que el ciclo capilar funciona de otra manera.
¿Por qué salen las canas?
El origen de las canas está en la pérdida de pigmento en los folículos pilosos. Cuanta más melanina producen, más oscuro será el cabello. Pero con la edad, esa producción se reduce y da paso al característico pelo blanco o gris.
Aunque el estrés puede influir en algunos casos, es la genética la que tiene la última palabra: determina no solo la edad a la que empezamos a encanecer, sino también el tipo de cana que tendremos, ya sea más blanca, más densa o más resistente.
Y sobre esa idea tan repetida de que si arrancamos una cana crecerán varias en su lugar, la ciencia es clara: no es cierto. Es solo una leyenda popular.
¿Crecen las canas si me las arranco? Lo que dice la ciencia
Cada cabello nace en un folículo, y si se arranca, volverá a crecer otro en su lugar. De hecho, algunas personas presentan más de un pelo por folículo, lo que explica que las canas sigan apareciendo aunque se intenten eliminar. En otras palabras, al quitar una cana, puede parecer que surge otra, pero en realidad simplemente se repite el ciclo natural de crecimiento capilar.
Este proceso solo se ve interrumpido cuando el cabello está debilitado por enfermedad, envejecimiento o malos hábitos de cuidado, lo que impide la regeneración de nuevas fibras.
Por eso, arrancar una cana no es una buena idea. No solo volverá a crecer —no tres, sino una sola, la correspondiente a ese folículo—, sino que además se puede dañar el cuero cabelludo. La tracción constante, el uso excesivo de tintes, secadores calientes, planchas o tenacillas afectan la salud capilar. En definitiva, estos tratamientos agresivos comprometen el cabello, con o sin canas.








