09 Abril 2025
“Si no pensamos a la ciudad desde una visión metropolitana es que no estamos bien”, afirmó el secretario de Obras Públicas de la capital, Luis Lobo Chaklián, en LA GACETA del 5 de abril.
Lobo Chaklián hizo esta declaración en referencia al nuevo Código de Planeamiento Urbano (CPU) que está elaborando el municipio, en colaboración con el Concejo Deliberante, y que se estima estará terminado dentro de los próximos seis meses. “Son cambios muy importantes los que hay que hacer, en temas en los que no se puede dar marcha atrás. El contexto de la ciudad cambió completamente en los últimos 30 años, y eso es lo que estamos estudiando”, indicó el funcionario.
El último CPU de la capital fue pensado hace más de 30 años, en el contexto de una ciudad que ya no existe, y donde el Área Metropolitana Tucumán (AMET) aún no estaba consolidada como ocurre hoy y donde los seis municipios y la decena de comunas que la componen crecían de manera inconexa, desigual y sin una mirada global.
Uno de los ejemplos más claros es el manejo de los canales pluviales, como advirtió en otro informe el ingeniero hidráulico Franklin Adler, autor del estudio “Los problemas del agua”, y coimo se advierte en nuestra producción nde “Panorama Tucumano” de hoy. “Las inundaciones se relacionan no solo a la magnitud de las precipitaciones sino también, y muy conexas, a diversos factores humanos, como el mal uso del suelo, las deforestaciones, las urbanizaciones sin planificación y sin previsión de las obras de infraestructura necesarias, la falta de mantenimiento de ellas y el avanzado deterioro en que caen consecuentemente”, explicó el experto.
Adler alertó que los canales que rodean a la ciudad, sobre todo los dos principales, el Norte, construído en 1935, y el Sur, de 1976, hoy resultan absolutamente insuficientes por el fuerte crecimiento que manifestó la AMET y consignó que dada la envergadura de las obras que hacen falta, como ampliar la capacidad de los canales existentes y corregir el trazado de otros, como el colector del Boulevard 9 de Julio, o el Canal Yerba Buena, que adolece de serios defectos de concepción y construcción y sufre serios problemas de destrucción, es un tema que debe abordarse a nivel provincial y no cada municipio y comuna por su lado.
“La expansión urbana y la transformación de suelos agrícolas posteriores a 1976 significaron enormes incrementos de la escorrentía. Sumados a problemas de defectos de ingeniería, de construcción, de escaso mantenimiento y la avanzada destrucción, hoy presentan un notorio deterioro e insuficiencia para el escenario actual”, advirtió Adler, quien insistió en la necesidad de tener una mirada metropolitana.
El agua, siguiendo con el mismo ejemplo, desconoce las fronteras administrativas, al igual que el tránsito, la basura, los espacios verdes y la inseguridad, por citar sólo algunos casos que involucra a toda la AMET.
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