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El mundo del deporte está lleno de contrastes y rivalidades. En MotoGP, dos nombres han marcado una era: Marc Márquez y Valentino Rossi. Rossi suma siete títulos, mientras que Márquez ha conquistado seis, convirtiéndose en referentes históricos de la categoría. Aunque ya no compite, el “Doctor” sigue siendo idolatrado por miles de fanáticos en todo el mundo. Argentina no es la excepción.
En el circuito de Termas de Río Hondo, Rossi protagonizó intensas batallas con Márquez, la “Hormiga”. La última fue en 2019, cuando finalizó segundo, a 9,8 segundos del español. Pero la carrera más recordada fue en 2015: Rossi venció en un duelo vibrante, ganó la carrera y subió al podio con la camiseta de Diego Armando Maradona. Ese momento consolidó su lugar como uno de los pilotos más queridos por los argentinos.
A tres años de su retiro, el número 46 sigue presente en cada carrera. Sus camisetas aún se ven en las tribunas, y una de ellas incluso lleva su nombre en el autódromo termense. En el museo del circuito, una figura de tamaño real del italiano refuerza su legado. Sergio Mues, un santiagueño fanático de Rossi, se distingue entre los aficionados por llevar una peluca de payaso, un accesorio muy especial para él, ya que el piloto la firmó en el GP de 2016. “Aquel año hice un gran esfuerzo para entrar a boxes. La firma ya se borró con el tiempo, pero sigue intacta en la peluca y en la gorra. Agradezco haber vivido ese momento y deseo que MotoGP siga visitando Santiago del Estero. Es un lujo compartir con gente de Paraguay, Brasil, Bolivia y otros países”, cuenta minutos antes de ingresar al autódromo.
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La pasión de Mues no tiene límites. Compitió en varias categorías hasta que dos fracturas en la columna lo dejaron paralizado por un año y ocho meses. “Creí que no volvería a caminar, pero en cuanto me recuperé, regresé a mi pasión por las motos”, relata. Además, extraña la presencia de Rossi porque, según él, siempre garantizaba espectáculo. “No solo por lo que hacía en la pista, sino también por su carisma fuera de ella. Hoy solo nos queda Márquez. Ojalá siga compitiendo por muchos años más”, agrega.
Sin límites
El fanatismo de Claudio Maidana por Rossi es inmenso. El chaqueño presenció en vivo la intensa rivalidad entre el italiano y el español, y no dudó en elegir al expiloto de Yamaha como su ídolo. Su admiración llegó a tal punto que se tatuó la imagen del “Doctor” en un brazo y llamó Valentina a su hija. “Viví momentos históricos de esa rivalidad. Fue una tristeza cuando se suspendió el GP por la pandemia y luego nuevamente el año pasado”, recuerda.
Su amor por las motos es heredado de su padre, quien era mecánico y lo introdujo en el mundo del motociclismo desde niño. “Corrí algunas carreras de 200 metros y en motocross. Me quebré varias veces, pero nunca dejé de amar este deporte”, cuenta. Actualmente, Maidana se dedica a la restauración de motos, aunque también es profesor en la Facultad de Psicología de la UNCAUS. “Antes de venir a Termas tenía muchísima presión con el trabajo. Mis clientes del taller querían que sus motos estuvieran listas y, además, las clases acababan de comenzar”, señala.
¿Por qué decidió tatuarse a Rossi? Maidana considera que fue la “culminación de su fanatismo”. “Es una forma de expresar en mi cuerpo la admiración que siento por este piloto”, explica. Su pasión por las motos no se limita al fin de semana del Gran Premio: junto a sus amigos, organiza viajes previos por lugares como Tafí del Valle y Cafayate, antes de instalarse en el autódromo hasta el final del evento.
Maidana admite que extraña a Rossi en la pista, pero valora la presencia de un hexacampeón como Marc Márquez. “Él le da color a la competición. No veo otros pilotos con el carisma que tenían él y Rossi. Fabio Quartararo y ‘Pedrito’ Acosta son más agresivos en sus declaraciones, pero les falta esa chispa. También me ilusiona bastante el japonés Ai Ogura, pero hay que ver sus resultados”, analiza.
A pesar de todo, su favorito para la jornada es Francesco “Pecco” Bagnaia. “Es un gran piloto. Lo veo bastante nervioso con Márquez al lado, pero es el único que puede competir con él porque tienen la misma moto. Para el resto, es muy difícil ganarle”, opina.
Desde Chubut
Elvio Fernández viajó desde Puerto Madryn, Chubut, hasta Termas de Río Hondo. Lleva puesta una camiseta con el icónico número 46 y no duda en afirmar que Rossi es su piloto favorito. “Era único, un loco dentro y fuera de la pista”, describe.
Su pasión por las motos comenzó en 1997, cuando tuvo su primera Kawasaki ZX6R. Desde entonces, nunca dejó de acelerar. “Salir a la ruta es muy terapéutico”, señala.
Sin Rossi en la pista, Fernández sigue de cerca a Pedro Acosta, aunque reconoce que el joven piloto aún debe madurar. “Tiene algo especial, pero todavía necesita experiencia. Creo que será muy bueno”, concluye.
La nostalgia por Rossi sigue presente en Argentina, y sus fanáticos esperan que surja una nueva gran figura en la categoría reina del motociclismo.






