PUNTA DEL ESTE.-Tras varios años de desbordes de las napas subterráneas que dejaron las playas sin arena, Solanas se convirtió nuevamente en uno de los centros turísticos más concurridos de Uruguay. Pero a diferencia de la década del ?70, cuando las estrellas de la farándula pasaban el día en las carpas, en la actualidad es la favorita de las familias de clase media a las que no les alcanza el presupuesto para descansar en Punta del Este, que se encuentra a pocos kilómetros. Alberto Olmedo, Jorge Porcel y el "Loco" Hugo Gatti fueron algunas de las figuras que hace más de 30 años disfrutaron de sus costas en los cálidos veranos. Con el paso del tiempo, esta localidad de Punta Ballenas fue perdiendo auge, hasta que finalmente el desborde de las napas la dejó sin arena. Así fue como Solanas quedó sin playa.
Quizás por eso parezca sorprendente que solamente en enero hayan pasado por allí más de 10.000 personas. Una inversión de U$S 100.000 permitió hacer obras que se terminaron este año y que devolvieron el esplendor a las playas. Una serie de bombas drena el agua de la arena y así, cada mañana, la costa amanece dorada bajo el sol.
Quienes más tiempo pasan en los impresionantes complejos de dúplex son las familias argentinas. Muchas personas mayores, que alguna vez veranearon en Solanas, parecen haber regresado para disfrutar de la melancolía de lo que ya no es. Pero esto no significa que estas playas sean aburridas o solitarias, al contrario.
Al mudarse las celebridades a José Ignacio y a La Barra de Maldonado, las familias de clase media argentina, que no cuentan con dinero suficiente para hospedarse en los lujosos hoteles esteños, eligieron Solanas, ya que es una de las mejores opciones para pasar un verano casi idílico. Uno de sus atractivos es la imponente puesta de sol sobre el mar.
Juegos acuáticos
La gran afluencia de familias y de chicos que recibió esta localidad implicó la instalación de los juegos acuáticos típicos de una playa argentina; por ejemplo, toboganes y piletones para que los turistas puedan zambullirse. Ahora, se parece mucho más a Mar del Plata que a las playas de la exclusiva costa uruguaya.
Entre la arena aparecen canchas de tejo, paleta y fútbol cinco. Las carpas bajo las que alguna vez se cobijaron los famosos fueron reemplazadas por sombrillas. Y es común ver a los jóvenes sobre una banana inflable tirada por una moto de agua.A la hora del crepúsculo, aparecen en el horizonte decenas de veleros y de yates que navegan desde los amarraderos esteños de La Mansa para disfrutar de la puesta de sol magnífica que ofrece este paraíso, que parece haber resucitado de la muerte. (Especial)