Empezó jugando al fútbol con hombres, formó parte del primer equipo femenino de Atlético y quiere que Tucumán se profesionalice

Empezó jugando al fútbol con hombres, formó parte del primer equipo femenino de Atlético y quiere que Tucumán se profesionalice

Antonio es una de las jugadoras de la Liga femenina de fútbol con más rodaje en las canchas

LA VIDA EN LA CANCHA. La defensora fue una de las primeras jugadoras que recorrió las canchas de la provincia. LA VIDA EN LA CANCHA. La defensora fue una de las primeras jugadoras que recorrió las canchas de la provincia.

Lorena Antonio fue una de las pioneras del fútbol femenino en Tucumán. Con 26 años de carrera, la defensora fue una de las primeras jugadoras que recorrió las canchas de la provincia. Así, forjó un camino en el que se encontró con incontables vicisitudes que no la alejaron de su gran pasión.

Su primera casa fue el Círculo de Suboficiales, donde, al no haber divisiones femeninas, debía entrenar junto con las formativas masculinas. “Los profesores Rubén Duarte y Juan González fueron quienes me llevaron a entrenar ahí. Me acuerdo que en ese momento la Liga me dio un carnet que servía como una autorización para jugar con los varones”, recuerda la central de 40 años, asegurando que se sentía “una más” dentro del grupo.

Si bien reconoce que existían prejuicios de todo tipo, Lorena valora el apoyo que sus padres le brindaron para seguir apostando por este deporte. “No era común ver a mujeres jugando al fútbol en Tucumán. Siempre había personas que se sorprendían de ver una nena dentro de un grupo de varones. Pero, valoro muchísimo que siempre tuviera ese apoyo y libertad de mis padres para poder jugar. Me acuerdo que mi mamá me llevaba a los entrenamientos y se sentía orgullosa de lo que hacía”, confiesa. “Mi papá jugaba al fútbol en Central Norte. No lo viví mucho, porque cuando nací, él ya estaba retirado. Pero, con mis hermanos, vivíamos jugando a la pelota en el barrio”, agrega.

Su paso al femenino se dio en 1997, año en el que Atlético Tucumán formó su primer equipo femenino. “Cuando cambié, no me sentí tan bien porque estaba acostumbrada a jugar a otro ritmo y hay otro roce con los varones. Muchas de las chicas recién estaban aprendiendo y había mucha diferencia”, comenta, recordando el apodo que la caracterizó en aquellos años de juventud. “Me decían ‘la pendeja’ porque tenía 14 años, ja”.

Según explica la jugadora, en aquellos años no existía una liga constituida debido a la cantidad de equipos. Así, la solución era realizar campeonatos “relámpagos” para que las jugadoras tengan rodajes y sigan adquiriendo los fundamentos del deporte. “Nos fue bastante bien en ese año”, indica.

EN CANCHA. Los equipos de Buenos Aires ofrecen contratos y pueden llegar a disputar Copa Libertadores. EN CANCHA. Los equipos de Buenos Aires ofrecen contratos y pueden llegar a disputar Copa Libertadores.

Pese al gran momento deportivo, la zaguera decidió cruzar de vereda para ponerse la roja y blanca. “Me fui a San Martín porque soy hincha del club y era un sueño que siempre quise cumplir. Fue una gran etapa que duró alrededor de 12 años en los que conseguimos un montón de títulos y llegué a ser capitana”, explica.

Trazando un paralelismo con sus inicios, Antonio considera que las jóvenes deben aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan dentro del deporte. “Antes, eran muy escasas las posibilidades de jugar fuera de la provincia y vivir de esto; hoy, los equipos de Buenos Aires ofrecen contratos y pueden llegar a disputar Copa Libertadores. Eso era impensado cuando recién se fundaba todo esto”, señala, remarcando que existen diferencias “abismales” con el fútbol del interior. 

“En Tucumán, no se puede vivir de esto. El día que algún club de Tucumán juegue en los torneos de AFA, las chicas tendrán un mayor respaldo: desde la ropa de entrenamiento hasta el sueldo. Lo más cercano es Atlético, pero seguimos a años luz”, puntualiza Lorena que para lograr su sostenibilidad económica se desempeña como cajera en una sanguchería de la provincia.

Pese a esta situación, valora al máximo su presente con el “decano”. “Trato de competir con las jóvenes. Me cuesta bastante porque la mayoría vuelan, pero creo que mi experiencia sigue marcando la diferencia. Estoy muy feliz con lo que estamos logrando como grupo”, dice.

Vale mencionar que esa fue la segunda participación del club dentro del torneo que reúne a los campeones de las ligas del interior frente a los mejores equipos porteños. La primera vez fue en 2021, cuando quedaron eliminadas en los octavos de final frente al “ciclón” por 4-0. 

A sus 40 años, destaca que su vigencia deportiva responde a dos actividades: el cuidado alimenticio y la constancia deportiva. “Creo que las claves fueron el entrenamiento y ser responsable con la comida. Además, si llegué a jugar a esta edad es porque nunca tuve una lesión que me haya sacado totalmente de la cancha”, apunta. 

Sin embargo, reconoce que está dando sus últimos pasos dentro del fútbol 11. “Todavía no está definido completamente que me retiro. Capaz que sigo con ganas de jugar”, cierra con la esperanza de que el fútbol tucumano siga creciendo a pasos agigantados. 

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