15 Enero 2024
Foto: rosario3.com
Casi al mismo tiempo que Lionel Messi ganaba el premio a mejor jugador del año, una triste noticia se daba a conocer, e impactaba en el fútbol argentino: el fallecimiento, a los 88 años, de Jorge Griffa, histórico entrenador de inferiores.
El nacido en Casilda tuvo su etapa como jugador, entre 1954 y 1971, vistiendo sólo la camiseta de tres equipos: Newell´s, Atlético de Madrid y Espanyol de Barcelona. En el “colchonero”, logró un título de liga, tres de Copa del Rey, y una Recopa de Europa; tan querido es en el equipo español, que en las redes sociales del club madrileño lo catalogaron de “leyenda”. Como jugador, también llegó a la Selección Argentina, obteniendo el título de Copa América en 1959.
Y pese a que tuvo una buena carrera como futbolista, su experiencia como entrenador de inferiores fue aún mejor. La mayor parte de su carrera dirigiendo juveniles la tuvo en Newell´s, donde descubrió una enorme cantidad de futbolistas; entre ellos, jugadores del calibre de Jorge Valdano, Ricardo Giusti, Américo Gallego, Gabriel Batistuta, Maximiliano Rodríguez, Gabriel Heinze y Walter Samuel, por nombrar sólo algunos ejemplos.
En 1995, con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Boca, llegó al “xeneize”, donde también tuvo una exitosa camada de juveniles. Sebastián Battaglia, Carlos Tévez, Fernando Gago, Éver Banega, Nicolás Burdisso fueron algunos de los juveniles que surgieron del club durante la estancia de Griffa.
En 2003, se fue a México, tras recibir una millonaria oferta para instruir a los entrenadores de aquel país. Tras algunos años en el país centroamericano, volvió a Argentina, donde tuvo pasos por Independiente, Independiente Rivadavia, y nuevamente Newell´s, club que le puso su nombre a su centro de entrenamiento. También fue, estos últimos años, presidente honorario y director de la Asociación Atlética Bernardo Griffa en Rosario, de donde salieron jugadores como Giovanni Lo Celso, Walter Montoya y Esequiel Barco.
Griffa no sólo formó jugadores, sino también entrenadores. Incluso, Marcelo “Loco” Bielsa lo reconoció siempre como su gran formador. El “Maestro”, como se lo conocía, dejó una gran huella en el fútbol argentino, que trascenderá generaciones.
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