La aleccionadora audición televisada de confrontación de candidatos a vicepresidente puso al descubierto un verdadero nudo gordiano en nuestra Nación que requiere una mente semejante a la de Alejandro Magno, quien esgrimió un extraordinario mensaje: “tanto da cortarlo como desatarlo”. Las dificultades que exhibieron los panelistas requieren encararlas con originalidad pensando en el desarrollo y el progreso del país y no precisamente sumar votos porque cada una de ellas tiene un origen que contrae consecuencias que procrean una degeneración psicosocial con la respectiva debacle económica. Al hablar de aborto, hay que referirse a la concepción y de inmediato al hogar con los lineamientos de educación y cultura. Referirse a lo segundo sin abordar lo primero es enroscar más el problema. Para el tema de la pobreza, es menester recordar la enseñanza de Confucio: “dar pescado a un hombre es alimentarlo por un día y cada día; enséñale a pescar y lo alimentarás para toda la vida”. El símbolo de pobreza es de carácter mental. Si no puedo alimentarme, no puedo pensar en contraer concubinato con la consecuencia de nacimientos sin cesar. La ayuda descomedida inhabilita al ciudadano, traba su intelecto, inhibe la resiliencia y construye un clamoroso lastre nacional fomentando la interminable dependencia. Desde los griegos se fomentaba la educación y la instrucción, pues según ellos por cada aula construida se cerrarán varias cárceles, dado que el crecimiento de robos, asaltos y asesinatos reclamará disponer de celdas en cada cuadra y en cada ciudad sin distingo. Pero no basta la infraestructura; es menester el con curso de docentes, dado que cada uno de ellos también tiene hijos. El volumen de leyes denota un desperdicio de tiempo en sesiones congresales, muchas de las cuales modifica una palabra de una ley anterior y la nueva restringe una frase de otra norma precedente y cada interpretación de todas ellas aumenta el nudo gordiano motivando muchas horas de palabrería con un consumo de papel, tinta y la consiguiente subvención estatal que empobrece a la Nación. Resulta irrisorio y contraproducente que ante la insuficiencia de fondos estatales se decida compra de aviones militares y para el traslado de funcionarios, cuando muchos lugares donde habitan los gobernados no disponen de los más mínimos servicios, como son vías de acceso, agua potable, energía eléctrica, gas doméstico y aulas en buen estado. Aún con todo, hay esperanza de cambio.
Fernando Sotomayor
Alberdi 139
S. M. De Tucumán