“Mientras más cosas vivimos, más payasos vamos a ser”

“Mientras más cosas vivimos, más payasos vamos a ser”

David Piccoto reivindica al maestro de clown como una figura crucial en el proceso de creación de un estilo propio en escena. Una técnica en evolución y una escuela argentina que respete los regionalismos.

EN PLAN DOCENTE. David Piccoto dictará un taller gratuito en el Espacio Cultural Juan B. Justo, como una actividad paralela de la Fiesta de Teatro. EN PLAN DOCENTE. David Piccoto dictará un taller gratuito en el Espacio Cultural Juan B. Justo, como una actividad paralela de la Fiesta de Teatro.

“El fracaso es fortaleza para el clown. Errar es payaso, errar es humano, hay una carga emotiva. Se hace con material de uno y con docentes que te guíen en el camino con una buena observación para construir”.

Quien lo dice es el cordobés David Piccoto, referente nacional de la estética del clown y quien dictará desde hoy la capacitación “Mundos payasxs” (ver “El taller”) en el marco de la Fiesta Provincial de Teatro, junto a su coterránea Julieta Daga. En la jornada, además, subirán a escena dos obras (ver “APARTE”), en la primera jornada de la competencia que tendrá a 15 propuestas hasya el próximo sábado, cuando se anuncien a los dos ganadores.

“El lugar de entrenamiento es algo mágico. Permite construir de a poco, cada uno a su tiempo y en su proceso. No hay que ser ansioso: mientras más cosas vivimos, más payasos vamos a ser. El que ganó amores y los perdió, es madre, se casó, se separó, es soltero, todo construye al personaje de cada uno. La técnica que vamos a usar permite guiar hacia la escena, pensado en la escena teatral y para la representación. Pero lo que pase en el taller, no es lo que sucederá después: no es lo mismo un entrenamiento que montar una obra”, afirma en un diálogo con LA GACETA que continuó de la siguiente manera.

- ¿Por qué la risa surge a partir de los conflictos del payaso en escena?

- Es un espacio interesante, porque a veces se padece mucho y el público se ríe. Es interesante el contraste; el que sufre encuentra algo de placer en ese estar. Es algo indescriptible e indescifrable, que sucede en el aquí y ahora. Nos da gracia algo que no volverá a pasar. Cuando entre los espectadores se cuentan lo que vieron, vuelve la risa, pero el que no fue no entiende nada.

- ¿Cómo se enseña el clown?

- Para que se produzca la enseñanza es necesario que el docente, orientador o facilitador tenga ganas de estar ahí, y también el alumno, actor o no actor, quien tenga interés en entrar en esa técnica, que tiene algunas necesidades, como tener una apertura absoluta a trabajar con debilidades y fortalezas de la escena. A veces es difícil de alcanzar, porque hay bloqueos y tensiones; entonces los docentes trabajamos mucho para romper estructuras escénicas o de lo que se concibe que es un payaso. Se piensa que es de una forma y cuando entran en el espacio hay que saber escuchar lo que cada maestro tiene para dar. Podemos tener líneas parecidas entre nosotros, pero hay que estar abierto a que suceda lo que se propone y comprender que el orientador los va a llevar a un viaje emotivo. La no comprensión, incluso, puede hacer que aparezca el payaso, pero siempre se los corre de los espacios seguros.

- Hay un crecimiento escénico del clown. ¿Es una moda o un reconocimiento del público?

- Está en boga en toda latinoamérica, está en crecimiento, así como en su momento fueron las acciones físicas de Constantin Stanislavki, con sus discípulos. Ahora el clown está en ese lugar. No podemos referenciarnos en otros maestros, sino que se construye haciendo. Quienes la enseñamos tenemos la experiencia de haber pasado por ella antes, como sucedía con otras técnicas previamente. No tenemos un libro para leer. Lo más importante para tener un payaso o payasa es tener buenos profesores que te orienten para tu lugar hermoso en escena, para que no se copien de otros ni sean repetitivos, que cada uno sea un clown original. En cada localidad hay una forma de payaso distinto, aunque se tienda a uno universal. Hay que aceptar el payaso que nos habita en cada región. Hay muchas obras porque hay muchos buenos docentes y el espectador los recibe amorosamente, conecta, se enamora y empatiza rápidamente. Es fundamental tener un guía para poder volar.

- El payaso argentino tuvo presencia en el e scenario desde fines del siglo XIX y grandes referentes como Pepino el 88, los Podestá y muchos más, sin cortes hasta la actualidad. ¿Hay una escuela nacional propia?

- Se está construyendo de a poco, cada vez está como más clara; en algún momento se miraba mucho a referentes de Buenos Aires y luego se amplió a toda la Argentina. En algunos lugares se trabajó con pasión y amor para compartir lo que cada uno sabe. Esperemos que se consolide, pero vamos muy bien. Quizás la escuela ya existe pero no está institucionalizada; incluso capaz que lo institucional no le sirve a los payasos, porque rompen las estructuras.

- ¿En qué línea estética te enrolás?

- Quienes hayan visto “La Celestina” (se presentó anoche), la habrán notado: tiene que ver con ir un poco más allá de lo que la técnica establece. Según algunos, el clown no habla o no puede hacer una obra, pero en la reversión de este clásico se pone en tensión el payaso con la palabra. Al estar en pleno crecimiento, siempre está en cambio, se pueden probar cosas y luego ir para atrás. Mi línea es romper lo que ya está para volver a construirlo, sin moldes.

- ¿Cuáles son tus maestros?

- Mis compañeros de escena, el grupo que tengo, “Medianoche payasas” y “Payasos autoconvocados”, con sus espectáculos de improvisación clown. Julieta Daga, Laura Ortiz, Lucía Miani, Marcelo Katz, Lila Monti, Darío Levy, Marina Barbera, Jesús Jara... Todos han acompañando, pero privilegio a quienes me acompañaron en proyectos, porque los admiro y es hermoso verlos crecer. Es la sensación más hermosa que hay, que te empuja a pensar que si el otro lo puede hacer, vos también. Me identifico mucho con las personas, sean docentes, artistas o generadoras de teatro, pero no empatizo con cuando aparece el ego. Me sacuden quienes tienen la misma pasión con cinco espectadores que con 1.100 o con 500. El placer de hacer teatro es lo que me lleva a tener maestros.

“Mientras más cosas vivimos, más payasos vamos a ser”

› El taller

Hoy y mañana, desde las 16 y en el Espacio Cultural Juan B. Terán (Marco Avellaneda al 300) Julieta Daga y David Piccoto dictarán el taller gratuito “Mundos payasxs”. Daga (foto) viene de presentar ayer “La Celestina” con la dirección de Piccoto; es actriz, directora teatral y docente, especializada en el lenguaje del clown, del bufón y del melodrama y lidera el grupo Cortocircuito. También dirigió la Comedia Infanto Juvenil, el Elenco Estable de la Provincia de Córdoba y distintos grupos independientes. Piccoto es licenciado en Gestión y Producción teatral. Se desempeña como docente en el colegio secundario Manuel Lucero y fue profesor de actuación en la Escuela Roberto Arlt de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.

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