Brasil continúa azotado por las turbulencias financieras

Brasil continúa azotado por las turbulencias financieras

El gigante de Sudamérica pasa a ser el tercer país de mayor riesgo en el mundo, sólo superado por Argentina y por Nigeria.

EN BRUMAS. La niebla cubre Río de Janeiro, como anunciando la tormenta financiera que azota al país. EN BRUMAS. La niebla cubre Río de Janeiro, como anunciando la tormenta financiera que azota al país.
15 Junio 2002
SAN PABLO/BRASILIA.- Tras el calmante dado el jueves por el gobierno al mercado financiero, los inversores volvieron ayer a perder la calma y el riesgo país de Brasil se disparó nuevamente a 1.326 puntos básicos. Con este índice -calculado por el banco JP Morgan en base a los precios de los títulos de deuda de los países emergentes-, Brasil volvió a ser el tercer país con más riesgo financiero del mundo, superado sólo por Argentina y por Nigeria.
El FMI y los organismos multinacionales decidieron afirmar, mediante apoyos financieros, las economías de los países vecinos de Argentina para evitar un contagio cuyos síntomas ya empezaron a manifestarse. Sin embargo, el desembolso de U$S10.000 millones del FMI para Brasil y las nuevas medidas de ajuste anunciadas por el presidente Fernando Henrique Cardoso generaron dudas entre los analistas. Muchos consideran que sólo permitirían una transición más tranquila, aunque condicionarán al gobierno que surgirá de las elecciones de octubre. Además, se teme que la ayuda financiera no alcanzará para detener la escalada del dólar. La nueva asistencia se sumará a los vencimientos de títulos de deuda interna que el Banco Central de Brasil acumuló para el primer semestre de 2003, los meses iniciales de la futura administración.
La deuda se transformará en una pesada mochila para quien asuma la primera magistratura. Según lo indican las encuestas, esta podría quedar en manos del líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio Lula da Silva, quien vería fuertemente condicionada su gestión de gobierno a causa de tan abultada deuda. Lo cierto es que la calma que llegó al mercado brasileño por las medidas anunciadas el jueves duró apenas unas horas.
Brasil recurrirá a derechos especiales de giro que tiene en el FMI por valor de U$S10.000 millones. Además, el Fondo autorizaría el uso de U$S5.000 millones adicionales de las reservas brasileñas, todo lo cual se concretaría el próximo martes, en una decisión tan rápida como contrastante con la morosidad que demuestra el organismo con la Argentina.
El delegado del FMI en Brasil, Rogerio Zandamela, afirmó -en línea con lo que el organismo propone invariablemente- que el gobierno de Cardoso debe mantener una severa política de ajuste fiscal y monetario. Zandamela advirtió en Río de Janeiro que esa es la única manera de reducir la vulnerabilidad de los mercados. Ayer, el Banco Central elevó el encaje bancario, que pasa del 10% al 15% del total de los depósitos, con lo que espera contener la liquidez de los bancos y, consecuentemente, su apetito por dólares.

Lula denunció a los terroristas económicos
El frenesí de los mercados brasileños es atribuido por los analistas a la sucesión presidencial. El motivo es el auge del eterno candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio Lula da Silva, primero en los sondeos, que le dan 40% de la intención de voto. Da Silva salió al cruce de estas especulaciones que, dijo, son utilizadas para justificar el nerviosismo de los mercados, y que han llevado a una fuerte depreciación del real. Según Lula, el gobierno se quedó sin discurso y por ello ha creado un terrorismo económico. "Estamos en una situación difícil, y no por culpa de las encuestas electorales ni porque Lula esté en primer lugar", dijo el candidato.
Lula se hizo eco de declaraciones del financista George Soros, quien afirmó que el mercado tendrá peso para una victoria del candidato socialdemócrata del oficialismo, José Serra. "En la Roma antigua sólo votaban los romanos. En el capitalismo global moderno sólo votan los agentes financieros estadounidenses; los brasileños no votan", dijo Soros. Además, sostuvo que el mercado percibe que habrá una moratoria de la deuda externa si gana Lula.
Sin embargo, el diputado del PT, Paulo Cunha, afirmó que Lula ya no es el de 1982, cuando proponía la moratoria de la deuda, sino el Lula de 2002. "Ellos no quieren que el PT y Lula cambien, pero cambiaron", afirmó.
Lula avanzó al 40,5% de la intención de voto para las elecciones presidenciales del próximo 6 de octubre. Serra también subió ligeramente al 23,3%.(TELAM-AFP)

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