Lo mejor del ... té

Lo mejor del ... té

El verde y el rojo son el fenómeno del momento.

02 Junio 2005
Siempre hay un árbol y algún genio sentado a su sombra. Ya le ocurrió a Newton con la manzana y descubrió la gravedad. Como fuera, la leyenda cuenta que el emperador y erudito Shen Nung dispuso, entre otras sabias normas, que toda el agua para consumo humano fuese previamente hervida. Cuentan que un día del año 2737 AC, cuando Shen Nung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre, una ligera brisa agitó las ramas y algunas hojas cayeron en el agua que estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante y reconstituyente, y así fue como descubrió el té. De todos modos, no hay referencias escritas sobre el té sino hasta el siglo III AC. Primero se bebía como un tónico medicinal, pero su popularidad fue creciendo hasta alcanzar su apogeo durante la dinastía Tang (618-906 DC).
La historia de esta infusión es enorme y apasionante. Guerras, invasiones, amores, imperios y traiciones. Ríos de té corrieron hasta que llegó a occidente antes del 1600, donde, como no podía ser de otra manera, fue introducido por los venecianos. De allí a América hubo un paso y hoy Argentina es el décimo productor mundial de té, el 90% del cual se cultiva en Misiones. Por supuesto que la producción nacional, con 60.000 toneladas anuales, está muy lejos de los volúmenes que manejan China e India, que superan el millón y medio de toneladas y ocupan el 50% del mercado mundial.

La tercera bebida
En Tucumán el té es una bebida bastante popular, aunque ocupa el tercer lugar, muy atrás del mate y del café. Respecto del consumo, en esta provincia se diferencian básicamente tres segmentos. Por un lado, está el té común, el más consumido, que se toma tanto en hogares como en bares y restaurantes. En este grupo también ingresan algunas variantes que se toman de forma social, pero con ribetes medicinales, como el boldo, el tilo y la manzanilla. El segundo segmento lo conforma el té medicinal propiamente dicho, dentro del cual están el té verde y el té rojo, que son un verdadero fenómeno en Tucumán en los últimos años. Y el tercer grupo pertenece a los tés importados o a los nacionales para exportación, que son mezclas especiales, costosas y dirigidas sólo a un público entendido.
"Es un mercado que en esta provincia no está muy desarrollado. Mis clientes son personas que conocen del tema porque han viajado al exterior", explicó María Eugenia Medina, dueña de un local de venta de exquisiteces y productos importados, de 25 de Mayo al 100.
"Los consumidores de estas variedades son expertos que vienen a buscar algo específico o bien gente que los lleva para hacer un regalo especial y original; pero en ambos casos son personas de un alto poder adquisitivo", indicó Medina. De hecho, tanto los importados como las infusiones nacionales de exportación cuestan entre $ 15 y $ 50, en medidas que no superan los 20 gramos.
Según el vendedor Edgardo Córdoba, los clientes de los tés de lujo son, en su mayoría, turistas. "Los turistas entran, miran, comentan y los llevan; todos saben más que yo", reconoció el empleado de una tabaquería de 25 de Mayo segunda cuadra.
En los bares y restaurantes tucumanos no se ofrece mate en bombilla, salvo en unos pocos locales temáticos, y es por ello que el té es la segunda infusión más requerida, después del café. Enrique Robles, de un clásico bar cafetero de 25 de Mayo y San Juan, informó que por día se venden alrededor de 45 tazas de té, lo que representa algo menos del 10% del total de cafés. ¿Los sabores más pedidos? El 90 % pide té común y el resto se divide en boldo, manzanilla, tilo y, muy pocos, tés de frutas, como frutilla o manzana.

Colores de moda
Un párrafo aparte merece el fenómeno o moda instalada en torno del té verde y el rojo, bebidas a las que se les atribuyen numerosas virtudes curativas (ver "Aromas..."). "La gente venía pidiendo esos tés desde hace varios años, pero podemos afirmar que recién desde el año pasado ha trascendido de forma importante en Tucumán", señaló Nora Segura, de un comercio de alimentos naturales de Córdoba al 600. Si bien hay gente que consume estos tés por gusto, la mayoría lo hace por sus beneficios medicinales. Tanto es así que el té verde ya se ofrece en comprimidos, algo que para los chinos tradicionalistas sería razón de sobra para retar a un duelo.
"Al rojo, de sabor agradable y suave, lo llevan mucho los que quieren bajar de peso, pero sirve para muchas otras cosas; y al verde, de sabor más fuerte, lo pide mucha gente que está bajo tratamiento de quimioterapia", explicó Segura.
Dijo que también es bastante requerido el té común o negro en hebras, por dos razones. Por un lado, porque así se respeta el ritual de la preparación sin utilizar saquitos, y, además, por una cuestión de costos, ya que el té en hebras suelto es mucho más económico: cuesta $ 8 el kilo.

SECRETOS
Consejos para preparar un buen té (estilo británico). 1) Usar té de hebras bien conservadas y una tetera apropiada. Llenar un hervidor con agua fría y llevar a ebullición. 2) Cuando el agua esté por hervir, verter un poco en la tetera, removerla por las paredes y tirarla. 3) Colocar en la tetera (o en un filtro en su interior) una cucharadita de té por taza y una más para la tetera. Esta cantidad puede variar según el tipo de té y el gusto de cada consumidor. 4) Verter el agua hirviendo sobre las hojas. Para extraer todo el sabor del té, debe haber mucho oxígeno en el agua. Al preparar una infusión de té negro u oolong, el agua tiene que haber llegado a un hervor suave; la temperatura adecuada es de 95º. Para tés blancos y verdes, la temperatura debe oscilar entre los 75 y los 95º. (Cuanto mejor es el té, menos temperatura necesita). 5) Tapar la tetera y dejar en infusión de 3 a 5 minutos. Si se utiliza un filtro, retirarlo de la tetera en cuanto la infusión alcance la fuerza deseada. Otra opción consiste en pasar la infusión a una segunda tetera caliente para separar el líquido de las hojas y evitar que la infusión se vuelva amarga.

Los ingleses han hecho del five o´clok tea una especie de institución nacional, que se extendió a otros países. La protagonista de la película "El secreto de Vera Drake", ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia - interpretada por Imelda Staunton-, ofrece tazas de té cada vez que hay un problema familiar. Pero, en un momento, su candoroso castillo de naipes se desploma y ni las mejores hojitas de té de Ceylan podrán salvarla del desastre final...

Las hojas de Camellia sinensis contienen un 75-80% de agua. La infusión de las hojas frescas extrae un 60% de producto soluble. El 40% de producto insoluble corresponde a sustancias como el almidón, la clorofila y resinas. Los productos solubles son los que nos encontramos en la taza e ingerimos: polifenoles, cafeína, sales, minerales, vitaminas (A, B y E) y pequeñas cantidades de aminoácidos, glúcidos y lípidos.

ETIMOLOGIA
El término español "té" no deriva del chino mandarín estándar c?a, sino del dialecto chino amoy t?e (pronunciado "tai"). Esto fue resultado de los primeros contactos entre los comerciantes holandeses y los barcos chinos del puerto de Amoy, en la provincia china de Fujian.
El término evolucionó a thee en holandés y, puesto que fueron los holandeses y los venecianos los principales responsables de la introducción del té en Europa, el nuevo producto también se denominó tee en alemán, té en español, tè en italiano, te en danés, noruego, sueco y malayo, tea en inglés y en húngaro, thé en francés, tee en finés, teja en letón, ta en coreano, tey en tamil, thay en cingalés, y Thea en el lenguaje científico.
El termino mandarín c?a derivó a ch?a en cantonés y pasó como cha al portugués (en el periodo de comercio en Macao, donde se habla cantonés), al persa, al japonés y al hindi, y evolucionó a shai en árabe, ja en tibetano, chay en turco y chai en ruso. Del portugués se tomó una forma castellana cha empleada en el siglo XVII y en la "Nueva España".

AROMAS MILENARIOS
Rojo de la China
El té rojo es un té verde luego de un proceso de maduración. Durante un tiempo de almacenamiento de muchos años bajo condiciones controladas, unas cepas bacterianas específicas transforman el té originalmente verde en el té rojo Pu-erh. Su eficacia y su poder aumentan con el almacenamiento, al contrario del té verde o negro, que debe ser lo más fresco posible. Sus cualidades son: mejora la circulación y contribuye a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, a la vez que aumenta el nivel de colesterol bueno. Disminuye la frecuencia cardíaca, por lo que brinda un efecto relajante e hipotensor. Activa el metabolismo del hígado por su acción desintoxicante y suavemente diurética y contribuye a la rápida asimilación del nivel de alcohol en sangre. Protege contra parásitos e infecciones bacterianas. Resulta beneficioso en los procesos diarreicos; desintoxica, depura el organismo y refuerza el sistema inmunitario.

Hojas verdes
El té verde es aquel que no está fermentado, por lo cual conserva intactos los componentes vitamínicos, antioxidantes y medicinales existentes en las hojas. Su sabor es suave y delicado, pero posee un cuerpo inconfundible: uno siente que realmente está paladeando la esencia de la planta. Existen distintas variedades de té verde que responden a un método particular de procesado o incluso a la apariencia externa del producto final, pero todos provienen de la misma planta. Por sus componentes el té verde tiene muchos beneficios: combate numerosos tipos de cáncer (inhibe la mutación de las células); evita enfermedades cardiovasculares disminuyendo los riesgos de infarto (por su alto contenido de antioxidantes); mejora las mucosas y la piel; ayuda a adelgazar; potencia el sistema inmunológico; combate los radicales libres e incluso previene la caries en niños y en adultos.

¿Saquitos o hebras?
La calidad del té en saquitos ha mejorado en los últimos años. No obstante, según el experto, se produce una infusión mediocre. Los inconvenientes del té en saquitos son: a) proporciona una infusión en menos tiempo, muy fuerte pero sin la sutileza ni la calidad del té de hoja; b) puede liberar rápidamente demasiado tanino y la infusión resulta áspera; c) pierde su aroma y su calidad con mayor rapidez que el té en hebras (en hebras se conserva hasta dos años y en saquitos, de 4 a 6 meses). Dado que los saquitos proporcionan una infusión de peor calidad, es mejor relegarlos para emergencias o para personas que no aprecian la diferencia entre un té común y uno de calidad.

Otras aplicaciones
Tintura para la ropa: cuando sus prendas blancas de algodón comiencen a envejecer, tíñalas con té. El color resultante tiene un aspecto original y natural.
Para la vista: para los ojos cansados, enrojecidos o inflamados, no hay nada como el té verde. Después de tomar un té, acuéstese boca arriba, cierre los ojos y ponga las hojas del té bien escurridas sobre los ojos. El resultado lo sorprenderá.
Para las plantas: no tire el té usado, deposítelo en la regadera. Pronto observará en sus plantas un cambio extraordinario.
Extracción de muelas: una bolsita de té aplicada en el lugar de donde se ha extraído una muela calma el dolor en instantes.
Para madres que dan el pecho: lo mejor para calmar el escozor en los pezones es tomar una taza de té negro mientras se le da el pecho al bebé. Luego, aplicar las hojas del té sobre los pezones.

BREBAJES DE OTRAS REGIONES DEL MUNDO
TE A LA MARROQUI

Preparación: Poner en la tetera el té verde. Verter una pequeña cantidad de agua hirviendo y tirar enseguida esta primera agua. Llenar la tetera de agua hirviendo y dejar en infusión unos minutos. Servir en los vasos, en los que se habrá puesto unas hojas de menta, fresca a ser posible.

TE A LA PAQUISTANI
Preparación: Para seis personas: un litro de leche y 2 cucharadas soperas rasas de té. Primero hacer hervir la leche: cuando hierva, verterla sobre el té. Dejar en infusión cinco minutos y servir. Endulzar a gusto. Si se desea, se puede añadir especias: cardamomo o canela, por ejemplo.

TE A LA RUSA
Preparación: Elaborar una infusión muy concentrada de té: 3 ó 4 cucharadas por medio litro de agua. Echar un poco en cada taza. Diluir con el agua caliente del samovar (recipiente metálico en forma de cafetera alta, con una chimenea interior con infernillo, usado para calentar té). Endulzar con azúcar o mermelada.

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