Un anciano quiere seguir en la cárcel porque allí tiene amigos

Un anciano quiere seguir en la cárcel porque allí tiene amigos

Insólita solicitud al juez. El hombre, que espera que lo juzguen por homicidio, asegura que no tiene adónde ir. Morales pidió a la Justicia que le permita permanecer en Villa Urquiza. "Me tratan muy bien; tengo una vida", dijo. Cuidados.

PASADO. “Cometí un error, no soy un delincuente de carrera”, dijo. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI PASADO. “Cometí un error, no soy un delincuente de carrera”, dijo. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
05 Julio 2007
"En la cárcel estoy muy bien y no me quiero ir de allí". José Domingo Morales, con lágrimas en los ojos, le pidió a la fiscal Teresita Marnero que le permita seguir en el penal de Villa Urquiza. "Me tratan bien. Tengo una vida", agregó. El jubilado, de 73 años, acusado de homicidio, realizó el planteo ayer, al enterarse que se le otorgaría el beneficio del arresto domiciliario, mientras espera que se lo juzgue.
"Tengo problemas de salud y en la prisión me cuidan mucho. Además, me alimento bien y tengo muchos amigos", aseguró Morales, antes de ser trasladado nuevamente a Villa Urquiza.
"Quiero que la sociedad me entienda. Cometí un error, no soy un delincuente de carrera. Busco estar bien. Espero que la Justicia escuche mi pedido", indicó el jubilado antes de perderse en la zona de los calabozos de la Alcaidia de Tribunales.
Durante más de una hora, según confirmaron fuentes judiciales, Morales dijo que al único hogar que iría para cumplir con el arresto domiciliario es el que tiene su hija en Mendoza. Advirtió además que si no se cumplía con su deseo, prefería permanecer en el penal hasta tanto sea enjuiciado y condenado. A pesar de que la última palabra la tendrá el magistrado, es muy poco probable que se lo autorice a cumplir el beneficio en Mendoza, ya que no pertenece a la jurisdicción donde está siendo imputado.
El jubilado fue detenido en junio de 2006, acusado de haber acabado a balazos con la vida de un hombre.
Según el expediente judicial, Morales le habría vendido una casa a la víctima. Con el dinero de la venta, el acusado se iba a radicar en Mendoza, donde vive su única hija. Sin embargo, el comprador no le habría pagado, por lo que Morales decidió hacer Justicia por mano propia.
En agosto, después de que se dictó prisión preventiva en su contra, el imputado fue alojado en el penal de Villa Urquiza. La defensora oficial Rosa Ana Nosetti logró que el juez Juan Francisco Pisa le concediera arresto domiciliario en setiembre del año pasado. Entonces, Morales fue alojado en la casa de un hermano. Allí permaneció varios meses, pero a fines de noviembre solicitó ser trasladado nuevamente a la cárcel. "No estaba cómodo y pidió ser trasladado a la cárcel, a pesar que permaneció poco tiempo allí", dijo una fuente de Tribunales.
El acusado regresó al penal en los primeros días de diciembre. "Sólo salía para ir a cobrar su jubilación. Pero en abril de 2006 hizo los trámites para que su hija percibiera sus haberes en Mendoza", dijo un vocero del penal. La misma fuente confirmó que Morales recibe atención médica por sus problemas cardíacos y de próstata. Además realiza un tratamiento oftalmológico.
"Está alojado en la Unidad Nº 6 y su comportamiento es excelente. No sabíamos que pediría permanecer aquí. Para nosotros es una sorpresa", aseguró Ernesto Salas, director de Institutos Penales.

"Dentro del penal reciben contención afectiva"
El director de Institutos Penales, Ernesto Salas, se mostró sorprendido por el planteo que realizó José Domingo Morales.

- ¿Recuerda algún caso en el que el recluso haya pedido a la Justicia seguir en la cárcel?
- La verdad es que no. Se produce otro tipo de situaciones, pero como esta, no.

- ¿Cuáles por ejemplo?
- Muchos penados, cuando se enteran de que están por recibir una reducción de condena, cometen algún tipo de inconducta para perder ese beneficio, y así permanecen más tiempo en el penal. Cometen faltas que no tienen nada que ver con el comportamiento que tuvieron durante su permanencia en el penal.

- ¿Por qué hacen eso?
- Porque en el penal encuentran contención afectiva. Hay muchos que saben que saldrán a la calle y no tendrán a nadie. Se enfrentarán solos al mundo, porque no tienen un lugar adónde ir. Eso no los ayuda a estar mejor.

- ¿Hay otros casos excepcionales?
- Hubo un caso en el que un recluso cumplió la condena y, al ver que no iba a tener contención, la Justicia prefirió dejarlo detenido un tiempo más. El penado quería quedarse.

- ¿Cree que se le permitirá permanecer en el penal?
- Esa es una decisión que debe tomar la Justicia.

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