07 Junio 2007
Los chicos Escalante tienen personalidades muy diferentes.
"Tomás, Agustín y Camila llegaron a nuestra vida el 1 de abril del 97 a las 13.40, 13.41 y 13.43. Desde ese momento nuestra vida cambió para siempre, sumergiéndonos a este maravilloso mundo de tener hijos múltiples", dice Mariela Escalante, esposa de Gustavo. "Nada ha sido igual desde aquel día, pero siempre mantuvimos la tranquilidad, sabiendo que el orden y la paciencia eran fundamentales".
La única ayuda que tuvieron fue la de sus padres y hermanos. "Colaboraron en los días más difíciles, hasta que todos nos adaptamos, cuando los bebés tuvieron tres meses", relata. "El haberme organizado desde un principio fue fundamental; ellos tenían su rutina, que tratamos de respetar siempre para no caer en el caos: se despertaban a la misma hora, comían al mismo tiempo, el baño era individual pero siempre a la misma hora, de manera que nos permitiera tener tiempo libre para descansar", añade. A los dos años y 11 meses comenzaron el jardín y hoy comparten el quinto grado en el colegio Nuestra Señora de la Misericordia. "Siempre respetamos sus individualidades y logramos que también lo hagan sus amigos y docentes de turno. Aunque son trillizos cada uno tiene muy marcada su personalidad. Sus gustos son diferentes, con la comida, con la música y con los deportes. Camy hace danza, Agus es arquero y Tomy juega de 5. Lo único que comparten es su fanatismo por Boca, el amor que se tienen y a su hermanito Jeremías, de 6", dice. "Tener trillizos más uno no es tarea fácil pero nada es de lo vivido hasta ahora lo cambiaría", finaliza.
La única ayuda que tuvieron fue la de sus padres y hermanos. "Colaboraron en los días más difíciles, hasta que todos nos adaptamos, cuando los bebés tuvieron tres meses", relata. "El haberme organizado desde un principio fue fundamental; ellos tenían su rutina, que tratamos de respetar siempre para no caer en el caos: se despertaban a la misma hora, comían al mismo tiempo, el baño era individual pero siempre a la misma hora, de manera que nos permitiera tener tiempo libre para descansar", añade. A los dos años y 11 meses comenzaron el jardín y hoy comparten el quinto grado en el colegio Nuestra Señora de la Misericordia. "Siempre respetamos sus individualidades y logramos que también lo hagan sus amigos y docentes de turno. Aunque son trillizos cada uno tiene muy marcada su personalidad. Sus gustos son diferentes, con la comida, con la música y con los deportes. Camy hace danza, Agus es arquero y Tomy juega de 5. Lo único que comparten es su fanatismo por Boca, el amor que se tienen y a su hermanito Jeremías, de 6", dice. "Tener trillizos más uno no es tarea fácil pero nada es de lo vivido hasta ahora lo cambiaría", finaliza.
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