¿Cómo funciona el sistema de testigos arrepentidos al que se podría sumar el supuesto "transa VIP"?

"Perro Rojo", el hombre que fue detenido el pasado sábado el acusado de ser "transa VIP", analizaría acogerse a la figura de testigo arrepentido para aportar datos y lograr que se le dicte una condena más leve. ¿Cómo funciona el sistema?

- La figura del testigo o imputado arrepentido. La Ley 24.424 (es modificatoria de la 23.737, de estupefacientes y psicotrópicos) agregó el artículo 20. Este dispone que puede disminuirse la pena hasta la mitad, o eximirse de ella, a quien aporte datos útiles para la investigación o identifique a coautores en las investigaciones por narcotráfico.

- El imputado, para acogerse a esta figura, debe aportar datos clave para que la investigación siga desarrollándose.

- Una vez que se llega al acuerdo entre el fiscal y el acusado, es el juez federal quien debe aceptar o rechazar el planteo realizado.

- El imputado podrá gozar del beneficio cuando los datos que aporte sean confirmados por la Justicia; de no ser así, se cae el acuerdo.

A nivel nacional, Leonardo Fariña fue uno de los imputados más conocidos que se acogió a la figura de testigo arrepentido. En Tucumán, el empleado municipal Julio César Trayán, detenido a raíz de sus vínculos con una organización “narco”, intentó sumarse a esta figura pero su propuesta fue rechazada por el fiscal Pablo Camuña. A continuación, los casos más destacados de los últimos meses.

Fariña se transformó en el más famoso de todos

Leonardo Fariña es uno de los arrepentidos más conocidos en nuestro país, ya que es quien brindó toda la información para que la Justicia procesara a Lázaro Báez, sospechado de ser una de las personas que lavaba el dinero “negro” proveniente de la obra pública durante la gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. El acusado por lavado de activos logró que el magistrado Sebastián Casanello le dictara la excarcelación a cambio de la información que podía proporcionar en las investigaciones que llevaba adelante. “En el Gobierno anterior hubo un plan sistemático para vaciar las arcas públicas”, señaló el arrepentido en una de las entrevistas que ofreció, luego de haber recibido ese beneficio. Fariña, desde ese entonces, vive acompañado por un ejército de custodios y permanentemente cambia de domicilio para evitar ser víctima de un atentado. En los últimos tiempos sufrió extraños ataques.

Trayán se quedó con las ganas de obtener este beneficio

Julio César Trayán -el empleado municipal que estaba adscripto en la Legislatura y que fue cesanteado luego de ser detenido a raíz de sus vínculos con una organización “narco” que importaba, procesaba y distribuía cocaína y marihuana a nivel nacional-, se desempeñaba desde 2008 en la órbita política del Justicialismo provincial y respondía al presidente del bloque oficialista, Ramón Santiago Cano. Varias fuentes confirmaron que había tenido intenciones de acogerse al beneficio de testigo arrepentido, pero su propuesta fue rechazada por el fiscal Pablo Camuña, por no aportar los datos suficientes para avanzar con la investigación del caso. Trayán, de acuerdo con la investigación, estaría en un segundo plano en el esquema de la organización. Según las escuchas, se habría distanciado en los últimos meses de los cabecillas de la banda y habría decidido “cortarse solo” en el negocio.

Los arrepentidos fueron claves en la causa Itatí

Fueron más de cinco los testigos arrepentidos que aportaron información para que se desbaratara la banda de la localidad correntina de Itatí, por la que ingresaba gran cantidad de marihuana que luego era distribuida a todo el país, incluyendo nuestra provincia. Gracias a los aportes de esos arrepentidos, fueron detenidos el intendente de la ciudad, Natividad Terán y su segundo, Fabio Aquino. También detallaron el modus operandi de los capos de la zona: Carlos “Cachito” Bareiro , Federico “Morenita” Marín (que estuvo detenido en Tucumán por una causa de narcotráfico) y Luis “Gordo” Saucedo. Los informantes detallaron además que los líderes narcos locales lograban ingresar, desde Paraguay a Itatí, al menos unas seis toneladas de marihuana por semana. La droga luego terminaba siendo distribuidas en al menos siete provincias argentinas.