Nuevo y nada convencional libro de Patricio Pron

La verdad y la mentira acerca de la paz, el arte, la historia y la literatura

ESTRUCTURA. Al final de la obra, Pron revela una clave explicativa. ESTRUCTURA. Al final de la obra, Pron revela una clave explicativa.
02 Abril 2017

Novela

NO DERRAMES TUS LÁGRIMAS POR NADIE QUE VIVA EN ESTAS CALLES

PATRICIO PRON

(Random House - Buenos Aires) 

Una historia urdida desde la base del recuerdo, levanta sus figuras y sus hechos desde más allá del tiempo y aún de la muerte. Es poderoso el recuerdo cuando se tiene el dominio suficiente para implantarlo, vívido en el hoy, recuperando el tiempo (1945-2016) el espacio (Norte de Italia), sucesos y figuras, algunas muertas ya y redivivas al influjo de un soplo poderoso, la memoria. Un largo salto en el tiempo para ese recuerdo cómplice.

Sabemos que el lenguaje no es sólo concepto: también imagen y sonido. Patricio Pron privilegia, con sabiduría, la imagen y sus potencias (dibujo y color) ¡Y cuántas palabras le economiza este recurso a su relato!

Dibuja sus figuras que, con el soplo de los creadores, se lanzan a vivir.

No resulta fácil leer este libro, y no lo es, por su caprichosa estructura. Cuando el autor, hacia el final de la obra y a modo de explicación, se refiere a “estos libros”, entendemos que su estructura es lo que dice su índice. ¿Ocho episodios? ¿Ocho capítulos? ¿Ocho libros en uno, cada uno con su epígrafe? De cualquier manera, una doble vertical sostiene el discurso: la verdad y la mentira acerca de la paz, del arte, de la historia, de la literatura. Así, en este libro el relato de la historia se convierte en un ilustrado patchwork donde se combinan -vertebrados por el rescate de la verdad- la historia, lo social, la literatura y sus diversas expresiones, procedentes de diversas fuentes, que el autor explicita al final de la obra, al enunciarlas.

Imposible para un crítico, hacer una apretada síntesis de esta novela. Pero, ¿es una novela o un largo discurso con reseñas, con planeos, con verdades?

Es el lector quien tiene que buscar la respuesta.

© LA GACETA

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Alba Omil

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