Atlético: El fútbol es la vida, y mucho más

Atlético: El fútbol es la vida, y mucho más

Manuel Morales se lució en la defensa del "Decano" entre finales de los ‘80 y comienzos de los ‘90. Hoy, recuerda con cariño ese pasado en su “segunda” casa. Sigue ligado al fútbol con Juventud, el club que hoy preside y del cual surgió en su Colalao del Valle natal.

COMPAÑEROS. Fabián Bobba y Manuel Morales posan en el Monumental de 25 de Mayo y Chile, en un partido del entonces Nacional B. COMPAÑEROS. Fabián Bobba y Manuel Morales posan en el Monumental de 25 de Mayo y Chile, en un partido del entonces Nacional B.
23 Enero 2017
Siete de la tarde en Colalao del Valle, pueblo al oeste tucumano, enclave de los Valles Calchaquíes. Renovando la cara del club Juventud Unida (donde empezó a patear una pelota), pintando cerca de los vestuarios, embelleciendo las paredes que datan de más de 50 años. Ahí estaba Manuel Antonio Morales. “Piriti”, como más le gusta que lo llamen, fue en sus años de botines y pantalones cortos, jugador del Atlético, club que custodió sus primeros pasos en el fútbol profesional.

Su llegada a 25 de Mayo y Chile fue a muy temprana edad, cuando tuvo que dejar su Colalao querido. “Me fui a hacer la secundaria, acá no tenía esa posibilidad”, comenta Manuel en el comienzo del diálogo con LG Deportiva, sentado en un banquito de madera, en la casa de su pueblo. Y agrega: “hice las divisiones inferiores en 1982, a los 12 años. No sólo me fui del pueblo por estudios, sino que me dieron la oportunidad de ir a un club grande como Atlético. Para mí fue un honor haber quedado en él.”

Claro que no llegó solo al “Decano”, sino que lo hizo de la mano de Carlos Rubén Villagarcía, hombre que jugó en River y en la Selección y que supo ver el potencial en el niño de aquel entonces. “Él fue el técnico que me hizo firmar. Fui a sexta división, hice quinta, después tercera y llegué a primera”, cuenta el hombre que también vistió los colores de la Selección, citado para el sub-17 sólo dos años después de haber llegado a 25 de Mayo y Chile.

Primeros pasos

A “Manguera” (otro de los apodos), desde que llegó a Atlético en el ’82, le tomó poco tiempo llegar a primera. “Siendo jugador de la tercera, empecé a alternar en el banco de suplentes con jugadores de jerarquía.” Los primeros nombres que recuerda de aquellos que fueran sus compañeros son: Miguel Diamante, Víctor Hugo Jiménez, Martín Cáceres y Raúl Maidana. No duda en afirmar que fueron jugadores que le inculcaron las enseñanzas del fútbol y la de su puesto en particular, defensor central. Luego de la alternancia titular/suplente, llegó la consolidación, algo que le costó mucho.

Piensa Manuel, como viendo pasar en su cabeza todo el esfuerzo que tuvo que realizar en el pasado. Y dice: “debuté en la categoría a los 18 años. Se me dio la oportunidad y no la desaproveché. Me preparé mucho para eso. Y gracias a Dios tuve la oportunidad de vestir mucho tiempo la casaca en Atlético. Estuve hasta 1994. Son muchos años, siempre digo que fue mi segunda casa. Sinceramente soy hincha” dice el ex jugador, cuyo hijo Facundo también vistió la camiseta hace algún tiempo. Un dato para recordar de “Piriti”: se relacionó con San Martín, en 1994, cuando retornó al país, pero no llegó a jugar porque su pase no fue habilitado. Se retiró del fútbol profesional a los 32 años.

El pase a Ecuador

Su paso por Atlético, aparte de ser una de las cosas más lindas que le pasó en la vida, fue vidriera hacia el exterior. Saldría por primera vez afuera del país con su fútbol y su destino sería Deportivo Cuenca.

El dato adquiere más valor dado que, por estos días, Atlético jugará los partidos más importantes de su historia, al debutar en un torneo continental, la Copa Libertadores, justamente en Ecuador. En ese país, “Manguera” disputó unos 15 cotejos a lo largo de ocho meses como futbolista de Cuenca.

Comentarios