La eliminación de la violencia contra la mujer

La eliminación de la violencia contra la mujer

26 Noviembre 2016
Se halla en los genes del ser humano. Posee distintos rostros, todos temibles, aunque las apariencias traten de ocultarla. Esta acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo se ha vuelto moneda corriente en la sociedad actual, lo cual habla de una crisis profunda de valores. La mujer siempre fue una de las principales víctimas; en la actualidad ha cobrado una mayor dimensión la agresión hacia ella por “La violencia hiere el cuerpo y la mente. Del que la ejecuta. Del que la sufre. De los que lloran. De toda la humanidad. Nos rebaja a todos”, escribió la escritora Kathy Reichs. Se recordó ayer el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer; la fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del dictador dominicano Rafael Trujillo, ocurrido en 1960.

Un registro de la Dirección de Familia y Desarrollo Comunitario de la Municipalidad capitalina indica que se efectuaron 832 denuncias de violencia de género en lo que va del año. En ese organismo funciona un equipo interdisciplinario que no sólo brinda atención médica y psicológica, así como asesoramiento legal a las víctimas.

En nuestra edición de ayer le dedicamos un amplio espacio a la iniciativa de un grupo de mujeres que creó una red de hogares de tránsito para alojar y para asistir a las víctimas. “La idea es que ante una situación de emergencia, la mujer sepa que tiene a dónde ir. Para estas cosas hay demasiada burocracia en las instituciones y las víctimas necesitan respuestas inmediatas, necesitan saber que nadie les va a tocar un pelo. No es que las vamos a tener en nuestras casas para siempre, sino que les daremos un lugar donde estar seguras y contenidas hasta que la Justicia ordene la prohibición de acercamiento”, dijo la joven abogada, impulsora de esta idea, que decidió dejar de ser indiferente ante la dura realidad y comprometerse con una acción concreta en solidaridad con las víctimas.

La semana pasada, la Universidad Nacional de Tucumán declaró “visitante ilustre” a Dubravka Simonovic, relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres. “Las mujeres asesinadas no son solo números, cada caso debe ser estudiado para analizar exactamente qué es lo que pasó. Tenemos que identificar cuáles son las brechas que existen en el sistema de protección. Muchas veces la Policía no es consciente de la situación, a veces la fiscalía no es lo suficientemente eficiente o los servicios públicos no están a disposición. En Tucumán y en Argentina, el movimiento de las mujeres está enfrentando el problema de la violencia de género, pero lo que hemos hecho hasta ahora no es suficiente. Es importante centrarse en la prevención, algo que es la obligación de todos los estados”, dijo la funcionaria.

La prevención es esencial para combatir este flagelo, pero mucho más lo es la educación, que es el punto de partida para construir las relaciones humanas. La incorporación de la mediación en la escuela primaria, podría ser una herramienta valiosa para aprender a resolver los conflictos entre los pares, colocando a una persona en el lugar del prójimo. Si no cambiamos orientamos los contenidos educativos hacia la paz, como deseaba Mahatma Gandhi, difícilmente podamos construir una sociedad más humana, sin violencia. La ausencia de diálogo y de respeto por el prójimo conduce a la intolerancia, a la agresión, a humillar al otro. “Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible”, afirmaba Gandhi.

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