Suspendieron un juicio por graves incidentes

Suspendieron un juicio por graves incidentes

Familiares de la víctima de un homicidio y de los acusados del crimen de Alexis Rojas protagonizaron una batalla campal en el Palacio La audiencia se reanudó luego de que se reforzaran las medidas de seguridad. Dramático testimonio de la madre del menor

BATALLA. Un policía toma del cuello a uno de los protagonista de los incidentes y otro traslada a un hombre que terminó con un corte en la cara. BATALLA. Un policía toma del cuello a uno de los protagonista de los incidentes y otro traslada a un hombre que terminó con un corte en la cara.
26 Agosto 2016
Gritos, empujones, golpes, corridas, sangre y cuatro hombres detenidos. Ese fue el saldo del escándalo que se desató ayer en el Palacio de Tribunales que obligó a suspender por casi una hora el juicio por el homicidio del niño Alexis Rojas y un acto de jura que se desarrollaba en la Sala de la Corte Suprema de Justicia.

El debate había comenzado sin sobresaltos. Una de las víctimas del hecho se retiró de la sala para ir al baño. Un testigo de la parte acusada, que estaba en la zona de la sala, lo siguió y agredió dentro del sanitario.

Exaltados por los gritos que escucharon, los familiares de ambas partes salieron de la sala de juicio y se trenzaron a golpes en medio de los pasillos. Los policías tardaron poco más de cinco minutos para acabar con el desorden y aprehender a cuatro personas acusadas de lesiones recíprocas y amenazas de muerte.

El tribunal, integrado por los jueces Juana Juárez, Fabián Fradejas y María Alejandra Balcazar, decidió suspender las audiencias hasta que se reforzara la seguridad. Por ese motivo, en el lugar se duplicó la presencia policial y además se sumó el cuerpo de Infantería. Los jueces, en una reunión a solas con todas las partes, decidieron acotar la presencia del público mientras dure el debate.

Los magistrados y los defensores de todas las partes decidieron que se extremaran las medidas de seguridad. Trascendió que hoy, cuando se reanude el debate, se controlará los cuatro ingresos que tiene el Palacio para evitar que alguien ingrese con un arma.

Los hechos sometidos a juicio ocurrieron el sábado 23 de noviembre de 2013. A bordo de un carro a tracción de sangre se desplazaban Gabriel Rojas, su hijo Alexis de tres años y un sobrino de 13. Cuando estaban cerca de la sede municipal, fueron rodeados por seis personas que dispararon sin mediar palabras.

En el ataque, el pequeño recibió una herida en el rostro, pero cuando llegó al Hospital de Niños, según el informe de los médicos, murió ahogado por la sangre que perdió luego de haber sido herido.

Por este hecho fueron acusados de homicidio Gabriela González, Álvaro Palomo, Juan Sánchez y Jonathan Cuellar. Se encuentran prófugos por este crimen Diego Olivera y Esteban Quiroga.

Los momentos más emotivos de la primera audiencia fueron cuando declaró Nora Graciela Góngora, madre de la víctima. “La verdad es que, después del incidente, no estaba en condiciones de averiguar qué era lo había pasado. Nadie hizo nada por mi hijo, ni siquiera Dios, que no pudo ayudar a los médicos que intentaron salvarle la vida. Todavía sigo llorando la muerte de mi angelito”, sostuvo la mujer, cuyo testimonio fue interrumpido en varias oportunidades por su llanto.

Dijo también que esos momentos estaba separada de Rojas. Contó que ese día fue a visitar a sus hijos. “Llegó en el carro y Alexis lo vio y le pidió que lo llevara de paseo. Él aceptó, pero jamás se imaginó lo que le pasaría. Es más, antes de irse, retornó a nuestra vivienda para decirme ‘chau mamá’ y darme un beso. Estaba feliz con el viaje que estaba por hacer con su padre”, declaró en una sala donde reinaba el silencio.

Góngora también aportó un dato que puede ayudar mucho en la resolución del caso. “¿Notó algo raro en ese momento?”, le preguntó el abogado Álvaro Zelarayán, representante de la querella. “Vi a González con un hombre en la esquina de la casa. Estaban en una moto y con un celular. Aparentemente lo habían seguido a Rojas e informaron a los otros hacia dónde se dirigía”, señaló.

De los cinco imputados, sólo dos hicieron uso de la palabra. Sánchez declaró que ese día pasó por el lugar donde fue atacado el carro porque se dirigía a La Aguadita a refrescarse con su pareja. “Sentimos un estallido, pero nunca nos imaginamos que se trató de una balacera. Me enteré después, cuando ya estaba en Monte Quemado (Santiago del Estero), a donde había viajado a trabajar”, declaró.

Cuellar planteó una versión similar: “ese día no estaba en la Banda, sino en la Quebrada de Lules, a donde había ido a pasear con mi pareja. Soy inocente porque no estuve en el lugar”.

Por orden del Tribunal, se leyó la declaración que realizó González en la etapa de instrucción. En aquella oportunidad, aseguró que en el momento en el que se produjo el crimen estaba en su casa con su hijo. Sin embargo, señaló que Sánchez, Olivera, Palomo y Cuellar llegaron hasta su casa asegurando que habían cometido el ataque.

La imputada, en su testimonio, dijo: “Sánchez en un momento gritó: ‘rajemos porque la policía ya llegará. Bajamos a cuatro bombilleros y apenas si gasté $ 20 en balas´”.

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