María Duckse actuó en Tucumán

María Duckse actuó en Tucumán

EN LA GACETA. La actriz visitó nuestro diario y trabajó sobre una de las buriladoras, pero le costó leer porque todo estaba del revés. EN LA GACETA. La actriz visitó nuestro diario y trabajó sobre una de las buriladoras, pero le costó leer porque todo estaba del revés.
08 Mayo 2016

MANUEL RIVA

LA GACETA

“El interés despertado por el debut de la compañía de sainete y comedias Duckse púsose en evidencia en el Alberdi, cuya sala, a pesar del mal tiempo reinante, viose extraordinariamente concurrida. Y es que el espectáculo de género chico nacional ha contado siempre con gran mayoría de público. La fácil comprensión del mismo hace que así sea y por lo demás es un espectáculo siempre agradable, ya cuando trata temas eminentemente cómicos, ya cuando aborda otros sentimentales o dramáticos”. Con estas palabras describía la crónica del 1 de mayo de 1931 el debut de la Compañía de Sainete de María Esther Duckse, que actuó a lo largo de la primera quincena de ese mes con gran éxito de público: en todas las funciones la sala estuvo colmada y hubo días con dos puestas y hasta con tres puestas. 

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El estreno se hizo con la comedia “La mujer que se puso los pantalones”, de Carlos Di Paoli. La crítica señalaba: “es un trabajo escénico de honesta factura literaria que permite el ensamble de pasajes cómicos y dramáticos de gran efecto teatral”. Duckse interpretaba el personaje principal, una joven italiana que llegaba a la Argentina y se incorporaba a la familia que había formado aquí su padre. Esa relación iba barranca abajo y gracias a ella se reencauza, lo que permite a la historia tener un final feliz, como era de esperar en las comedias de aquellos años. También participaban las actrices Leonor Lima, Lucía Ressi y Lucía Dufour; y los actores Agustín Barrios, Vicente Climent y Arturo Barrio. En segundo turno se presentó “Duraznito de la Virgen”, del brasilero Antonio Botta.

La excelente respuesta de los tucumanos fue reconocida por LA GACETA: “tres días de actuación le bastaron a la compañía para conquistar un puesto de avanzada en la predilección del público”, resaltaba. Era su primera actuación y la compañía venía precedida de su gran prestigio, “que ha confirmado en la función del debut y en las presentaciones sucesivas”.

Estrenos a diario

Los comediantes también presentaron “Qué mujer más antipática”, que desató grandes carcajadas, y “Puerto Belgrano”. Cada día se repetía alguna de las obras anteriores, pero siempre se producía algún estreno. Para la tercera jornada se presentaron “Los casados son los peores” y “Doña Juana la loca”, de Ivo Pelay poco antes estrenada en Buenos Aires.

Otro de los estrenos fue “El camino a la Tablada”, de Alberto Vacarezza, sobre el que el cronista señala: “acusa una nueva o por lo menos desusada modalidad del autor de tantos sainetes de éxito. Es esta más honesta en su inspiración y quizás en el procedimiento constructivo”.

En la sexta jornada, la troupe presentó “La pulpera de Santa Lucía”, que, según las crónica del día siguiente, era “una exclusividad de la compañía Duckse, a quien se la han concedido los autores teniendo en cuenta la capacidad del elenco para interpretarla fielmente, presentándola con la propiedad que requieren las obras de esta índole”. Los autores eran el poeta Héctor Blomberg y Viale Paz, y la puesta tenía cuatro cuadros que llevaban como títulos estrofas del famoso vals: “Era rubia y sus ojos celestes”, “Los soldados de cuatro cuarteles”, En la reja que olía a jazmín”, “Y volvía el payador mazorquero”.

La nota dedicaba un párrafo a Blomberg: “su personalidad es de las que no necesitan presentación pues su vasta obra poética e histórica lo ha difundido por todo el país, reconocía y señalaba que, aunque los autores se habían tomado ciertas licencias y libertades, al hacerlo han sabido encontrarle bellos efectos teatrales”. Otro de los estrenos fue el sainete “Así se escriben los tangos”, de Florencio Charello. También se presentaron las comedias “La gringa del colectivo” y “El reo de la familia”.

Fuera de escena

Aprovechando una tarde cálida Duckse salió de compras y fue seguida por nuestro diario. La actriz recorrió “la calle Las Heras (hoy San Martín), nervio de nuestra urbe, sintiéndose satisfecha y encantada del gran movimiento comercial. Llamándole especial la atención el establecimiento moderno de calzado de lujo que recientemente ha inaugurado Felbarg. La mujer se probó zapatos y zapatos hasta elegir uno de su agrado con el que salió feliz del negocio”, cuenta el cronista.

Una actriz de gran presencia en escena

“Inteligente, bella, simpática, con aptitudes excepcionales para las tablas, conquista al interlocutor desde las primera palabras, en la misma forma que influye sobre su auditorio en seguida de aparecer en escena”. Así valoraba la crónica de nuestro diario a María Esther Duckse, que se encontraba actuando en la provincia desde del 30 de abril de 1931 y cuyas actuaciones se extendieron hasta mediados del mes de mayo con dos o tres funciones diarias en el teatro Alberdi.

La comediante, nacida en Uruguay en 1901, comparaba “el cariño del pueblo tucumanocon el de su país y lo diferenciaba del de Buenos Aires que era más volátil en cuanto a sus gusto al decir “ve cómo las grandes figuras de una temporada logran mantener el interés del público durante dos o tres más, pasando luego a planos secundarios. En este sentido recordó que el famoso actor Roberto Casaux fue un gran artista, indiscutible y Buenos Aires lo abandonó en cierto momento para volcar sus preferencias por actores en muchos inferiores a él” y cuyas últimas presentaciones tuvieron escaso éxito de público.

La entrevista recorrió diversos puntos de la vida de la actriz como la devoción que tenía por su hija Nenucha por la que era de capaz de dejar la actuación. Su paso por Tucumán se enmarcaba en la gira que realizaba por Argentina, tras venir de Chile, donde reconoce que fueron recibidos con mucho entusiasmo, y Uruguay, donde las presentaciones no tuvieron tanto éxito. Luego de recorrer Argentina, viajó para actuar en Europa.

Al cronista de LA GACETA le contó que debutó 10 años atrás –recordemos corría mayo de 1931- como parte de la “compañía Salvat –Olona con la que tuvo muchos éxitos”. En cuanto a su vida privada, la mujer expresó que llevaba casada cinco años y “lo conocí (a Roberto Barrios) en Rosario estando con la compañía. Entonces era buen mozo, tenía cabello, cantaba y era tan simpático como ahora. Intimamos pronto, nos enamoramos, poco después nos casamos y muy pronto llegó Nenucha, mi pasión, nuestra pasión, mejor dicho”.

La charla con la intérprete se produjo entre acto y acto de la presentación del 10 de mayo de 1931 cuando interpretó “La pulpera de Santa Lucía” basada en el tango de Héctor Blomberg y que cantara por primera vez Ignacio Corsini. El periodista expresa: “la hora era avanzada y optamos por retirarnos. Nos recibió amable y gentilmente , con palabras de agradecimiento para el diario y para el público tucumano, cuyas demostraciones de simpatía la han impresionado fuertemente”

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