La educación y el uso sano de las nuevas tecnologías

LA  GACETA
Por LA GACETA 02 Mayo 2016
El futuro de nuestra especie está dominado cada vez más por las pantallas. Así lo aseguró la experta en comunicación, Roxana Moduchowicz en una entrevista con LA GACETA publicada el sábado. Según la especialista, los chicos de hoy viven en un mundo mucho más visual que nunca antes. De hecho, las casas argentinas tienen más pantallas que libros, diarios y revistas de papel. Por eso, el entorno, el universo de la generación de niños y adolescentes del siglo XXI es visual, poblado de pantallas, principalmente de la televisión, el celular, la tableta y la computadora.

Desde esta columna hemos insistido en varias oportunidades sobre la necesidad de reflexionar en torno de esta realidad. Una realidad que está respaldada por estadísticas e investigaciones cada vez más precisas. Y esta realidad da cuenta de que las horas pasadas frente a los medios electrónicos están creciendo tanto que, incluso, están dejando llamativamente atrás al tiempo que se le dedica a la televisión, hasta hace poco reina indiscutida de la atención. Así lo revela, por ejemplo, el informe global Internet Trends 2015, de la consultora Kleiner Perkins Caufield Byers (KPCB), que abarcó a 30 países de los cinco continentes, entre ellos la Argentina, y que ponen el acento sobre un tema que debe interesar a todos los responsables de la educación.

Nuestro país exhibe cifras similares a la media internacional: los argentinos pasan casi dos horas diarias frente a la TV; dos horas también ante la PC para navegar por Internet frente a las dos horas y media frente al smartphone y 30 minutos ante la tableta. Es decir que su tiempo libre está dedicado por sobre todo a las pantallas electrónicas. Y si bien para los expertos en medios lo que ocurre es que las nuevas pantallas se van complementando con las anteriores, lo cierto es que el celular o smartphone tiene ventajas evidentes sobre el resto de los electrónicos: aparato individual, frente a la PC que puede ser compartida a veces por toda la familia; sirve para comunicarse en todo momento (y por eso desplazó prácticamente al teléfono fijo); para oír música; para conectarse a Internet, y como agenda multifunción. Esto permite concluir que los adolescentes navegan para casi todo: comunicarse con amigos, buscar información, escuchar música, ver películas, mirar televisión, hacer la tarea, jugar en red, producir contenidos, descubrir nuevos sitios web. A través de Internet, los adolescentes hablan, escriben, leen, escuchan, relacionan, comparan y desarrollan habilidades que son propias de esta generación, “la generación multimedia”. En resumen, los adolescentes de hoy tienen sensibilidades diferentes, distintas formas de pensar, maneras diferentes de vincularse con el conocimiento, de aprender, de relacionar y de construir saberes. Y eso es algo no tiene vuelta atrás. Por eso creemos que los adultos tienen un papel esencial que cumplir. Internet es fundamental en la vida de los chicos, pero es necesario que la navegación sea responsable. Moduchowicz sostiene que, al final del día, es muy común que los padres le pregunten a sus hijos como les fue en matemática o en lengua, pero muy pocos les preguntan qué hiciste hoy en internet.

Queda claro entonces que, como siempre, la clave es el diálogo. Hablar sobre los riesgos que puede provocar un uso excesivo o no responsable de Internet es la mejor manera de asegurar que los adolescentes naveguen por la web con una buena brújula.

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