La bandera de hormigón ya flamea en la Mate de Luna

La bandera de hormigón ya flamea en la Mate de Luna

Ayer instalaron los dos elementos principales del Monumento del Bicentenario, sobre la avenida principal de la ciudad. Opiniones diversas respecto de este nuevo ícono de la ciudad.

La bandera de hormigón ya flamea en la Mate de Luna
16 Abril 2016
Como si los creadores del Monumento del Bicentenario se hubiesen puesto de acuerdo con el clima, ayer, después de dos semanas de lluvias y nubes, el cielo amaneció despejado. Completamente despejado y celeste, convirtiéndose en el integrante necesario e indispensable para completar esa obra diseñada por los arquitectos Miguel Mazzeo y Juan Bustamante. Es una bandera de más de 20 metros que, a pesar de ser de hormigón armado, flamea. Las dos pesadas franjas, que quedaron instaladas ayer, son los bordes de la insignia patria y el cielo celeste, la franja central. Se completa con un sol metálico en lo alto y una fuente de agua en la parte inferior. Un diseño simple, pero que también ha implicado una hazaña de la ingeniería.

El movimiento había comenzado el jueves, cuando dos camiones, dos grúas y un séquito de vehículos transportaron las dos “cintas” de hormigón premoldeado desde la planta de la empresa Tensolite. Fue una especie de desfile por las avenidas Francisco de Aguirre, Ejército del Norte y Mate de Luna, hasta llegar al emplazamiento del monumento, a la altura del parque Avellaneda (Mate de Luna al 1.600). Y ayer, con los primeros rayos del sol, comenzó el “show” que se quedó con la atención (no necesariamente con los aplausos) de los vecinos de la zona. Desde las 8 hasta el mediodía, cuatro horas de trabajo continuo fueron necesarias para erguir las dos moles de hormigón.

“Como conmemora el Bicentenario, pensamos en dos elementos. Como es de la Argentina, pensamos en la bandera”, introdujo Mazzeo, uno de los creadores del monumento. “De día, representa la Bandera de Macha, con el celeste del cielo al centro; de noche, la Bandera Nacional, que se logrará con efectos de luz y una fuente de agua al centro. El agua representa el movimiento hacia la búsqueda de la libertad y de la independencia”, describió.

“Le estamos dando anécdota a la circulación por la avenida más importante de la ciudad. Creo que ha sido un gran acierto instalarlo acá. Va a ser un ícono y el lugar más emblemático de la vía pública”, destacó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana, cuando se le consultó acerca de las críticas de los ciudadanos hacia el nuevo monumento.

Es que las opiniones están repartidas entre los vecinos de la zona y entre los tucumanos en general. Se las escuchaba de boca de los que pasaron ayer por la zona: que debiera ser en el parque 9 de Julio, que primero arreglen los baches y pavimenten las calles, que con una placa de bronce en la Casa Histórica bastaba, que para qué semejante gasto. Una vecina, incluso, le confesó a LA GACETA su temor de que se cayera. Por supuesto, hubo quienes celebraron el gesto y que esperan a que esté terminado para apreciarlo, como Mónica Ferreyra, que sólo pide a las autoridades que afilen la mirada en la seguridad vial de la zona. “De otro modo, este será el monumento de los caídos, no del Bicentenario” Y en el medio, opiniones como las de Ana María Navarro: “¿un monumento? Sí, es algo que queda, es testigo de una época. Pero me alegraría si otras cosas estuvieran solucionadas: los accesos para discapacitados, las veredas en condiciones, las calles transitables... es decir, calidad de vida para el día a día”, reflexionó.

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