28 Marzo 2016
Perder la vida en Tucumán por una causa derivada de la inseguridad resulta, lamentablemente, una situación frecuente. Al menos es la sensación que dejaron los hechos ocurridos los últimos días. Durante el último fin de semana se registraron cinco homicidios en Tucumán. Además, se notó una mayor violencia en los hechos delictivos: la primera actitud de muchos delincuentes fue agredir a sus víctimas antes de robarles. Y a eso se suma que se registraron numerosos escruches en las casas que quedaron vacías durante la Semana Santa. Todos estas consideraciones fueron expresadas por el titular del Ministerio Público Fiscal, Edmundo Jiménez, para quien la situación está fuera de control.
"Estamos preocupados por la cuestión de la seguridad. Esto lo venimos diciendo desde el inicio de la gestión. La Justicia tiene que buscar alguna forma de dar respuestas. Nosotros estamos proponiendo reformas de leyes procesales y la creación de fiscales adjuntos. Hace un momento estuve en la fiscalía de turno y el secretario me decía que la Policía les da un teléfono para comunicarse con ellos. Ese teléfono no da abasto. Cuando están haciendo una llamada o dando una instrucción, están entrando dos o tres llamadas más por delitos. El sistema está superado", dijo Jiménez.
"Hay que actuar rápida y conjuntamente. Hay que dejar los conflictos de lado y empezar a trabajar para que la comunidad pueda estar tranquila. Hoy no lo está, todos lo sabemos. Cuando un hijo sale no nos quedamos tranquilos hasta que vuelve", agregó.
"Hoy la Policía no está evitando que el delito se cometa, la Justicia no está dando respuestas adecuadas ni tiene la estructura necesaria para hacerlo, porque con siete fiscales no podemos hacerlo. Salta tiene 30, más 60 ayudantes de fiscales. Tiene 90 personas y nosotros siete", dijo.
Por último, Jiménez llamó a los políticos a hacer una autocrítica. "Es fundamental. Si no vemos la realidad, al problema no se lo resuelve. Lo primero que hay que hacer es asumirlos. La Justicia por mano propia es consecuencia de la falta de respuestas del Estado. La gente no tiene confianza ni en la Policía ni en la Justicia, por eso no pone en conocimiento el delito. Si las personas no creen que el Estado les pueda dar respuestas, no tienen otro camino", finalizó.