La ola coreana seduce a estudiantes de Villa Carmela

La ola coreana seduce a estudiantes de Villa Carmela

Corea del Sur apoya la enseñanza del idioma en las escuelas para difundir su cultura. Visita de un diplomático coreano a un colegio

AULA NUEVA. Sang Mok Han (centro), de la embajada de Corea del Sur, rodeado de alumnos y docentes del colegio Presentación de María. la gaceta / fotos de analia jaramillo AULA NUEVA. Sang Mok Han (centro), de la embajada de Corea del Sur, rodeado de alumnos y docentes del colegio Presentación de María. la gaceta / fotos de analia jaramillo
24 Marzo 2016
Los chicos están deslumbrados. Quizás la ola coreana “hallyu” que inunda buena parte del mundo, con sus telenovelas al estilo de “Escalera al cielo”, y su nuevo arte musical, el pop coreano o simplemente K- pop, sea la explicación del interés de los adolescentes por conocer la cultura asiática. El gobierno de Corea del Sur no desaprovecha la oportunidad y apoya la apertura de talleres de idioma en todos los colegios del país.

“El gobierno coreano invierte mucho dinero en Argentina para difundir la enseñanza del idioma y la cultura coreanas. Vemos que este país tiene un potencial muy grande para la instalación de industrias. Pero es fundamental que la futura mano de obra argentina entienda coreano para poder conversar y negociar con las empresas coreanas”, explicó en un duro inglés Sang Mok Han, director del Instituto del Lenguaje de la Embajada de Corea del Sur. ¿Qué tipo de empresas? “Oh, no conozco los planes del gobierno pero al ver este país maravilloso pienso que le falta tecnología de la informática, por ejemplo”, señaló.

El funcionario vino a Tucumán para inaugurar un aula de idioma en el colegio Presentación de María, de Villa Carmela. El gobierno aportó el pago de una docente, el material didáctico y audiovisual, equipamiento tecnológico, aire acondicionado y mobiliario. En un futuro, cuando los chicos egresen de la secundaria (tienen idioma coreano desde 4° grado de la primaria), tendrán la posibilidad de ganar becas universitarias. La embajada abrió otra aula en Buenos Aires y una más en el colegio San Vicente de Paul de Tucumán.

En su discurso Han dijo algo que dejó a los chicos pensando: “los sueños no se hacen realidad sino cuando se pone esfuerzo en ellos. Pero no sólo eso, así como las bananas no maduran por mucho que queramos comerlas, también el idioma coreano necesitará de paciencia”.

No es un simple refrán. La paciencia forma parte de la cultura asiática. “Tenemos miles de años de historia, de guerras. La gente tiene en su ADN la supervivencia, la paciencia y el trabajo arduo. Esto es difícil de explicar en otra lengua. Por eso lo voy a hacer con un mito sobre un oso y un tigre. Dios les pone un desafío: debían sobrevivir 100 días dentro de una cueva . El que lo logre se convertiría en ser humano. En el día 99, el tigre se cansa y no puede seguir. Pero el oso lo logra por su paciencia. Los coreanos tenemos la paciencia en la sangre. Aprender coreano enseñará esos valores a la juventud argentina”, dijo.

¿Cuál es el mejor método para que los chicos aprendan la cultura? Han ríe. “Enseñar pero también dar el ejemplo, como lo hacen los padres con los hijos”, dijo. Han siente un gran respeto por la familia. De hecho, viaja acompañado por su esposa Jeong Hee Kim y su hija Mun Hee, joven que se encargó de hacer un minucioso registro fotográfico de la visita de su padre.

Antes de irse, Han entregó un diploma de agradecimiento a la rectora del colegio Cecilia Escobar. Estaba firmado de puño y letra por el vice primer ministro y también ministro de Educación de Corea del Sur, Jun Sik Lee. ¿La misma persona tiene los dos cargos? preguntó la docente. “Así es -respondió Han-. En Corea la educación es muy importante”.

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