La valija inteligente arriba a la Argentina

La valija inteligente arriba a la Argentina

Cofundada por un tucumano, la empresa se instalará en Buenos Aires, donde invertirá $ 100 millones.

BLUESMART. La valija puede abrirse y cerrarse con el celular, pesar el equipaje que contiene y dar un aviso si ha sido abierta. Tiene una batería para cargar el teléfono. Foto gentileza diego saez-gil BLUESMART. La valija puede abrirse y cerrarse con el celular, pesar el equipaje que contiene y dar un aviso si ha sido abierta. Tiene una batería para cargar el teléfono. Foto gentileza diego saez-gil
27 Diciembre 2015

Encontrarse con estos números endulza a cualquiera: 15.000 valijas ya han sido vendidas y entregadas en todo el mundo. Eso, multiplicado por los U$S 399 que cuesta cada una, habla de un movimiento de dinero de casi 6 millones de dólares, o 78 millones de pesos. Ese monto está a punto de duplicarse y algo más: en los próximos meses van a dispersar otras 20.000 unidades por todo el planeta.

Encontrarse con los números endulza a cualquiera, sí, pero Diego Sáez-Gil, un tucumano detrás de esta gigante idea, se queda con otro encuentro: “estaba en el aeropuerto de San Francisco (EE.UU., base operativa de su empresa) y vi un hombre con la valija. Me acerqué, le pregunté si le gustaba... Él estaba contento, y me preguntó cómo la conocía. Le dije que era uno de los creadores...”, cuenta el emprendedor en una charla con LA GACETA, a horas de despedirse de su Concepción natal, donde festejó la Navidad con su familia.

Sólo con ese tipo de experiencias con el mundo real es que Diego asume lo que acaban de hacer junto a su equipo. Inventaron un mercado nuevo, abrieron un camino que ahora grandes empresas como Samsung y Samsonite se apresuran por transitar. Crearon Bluesmart, la primera valija inteligente del mundo, criatura primogénita que con apenas dos años desde que fue un embrión en forma de idea ya muestra que puede revolucionar la forma de viajar.

El éxito de este equipaje techie ha sido rotundo desde el momento en que lanzaron la propuesta y aparecieron clientes dispuestos a pagar por anticipado la valija, aún cuando era sólo una promesa. Ahora, con 15.000 personas viajando con ella, las buenas noticias arriban a nuestro país y por partida doble. Primero, que la empresa cofundada por este joven de 33 años va invertir $ 100 millones para instalar en Buenos Aires una unidad de desarrollo de software y atención al cliente; y, segundo, que a partir de enero la innovadora valija estará disponible en nuestro país. Paradojas si las hay, una idea argentina no podía llegar a la Argentina por las trabas a la importación.

Confianza internacional

“Siempre ha sido nuestra intención instalarnos en Argentina, no sólo porque sea mi país, sino porque estamos convencidos de que acá hay muchísimo talento. Vamos a montar una unidad de desarrollo de software, un área que corre con la ventaja de que puede hacerse desde cualquier lugar del mundo con una conexión a internet. Creemos que este era momento propicio para armar un equipo en Argentina, y lo hicimos”, asegura el hoy CEO de la empresa

El cambio de Gobierno, admite Sáez-Gil, ha tenido que ver. Asegura que sus inversores privados sienten más confianza en la nueva administración estatal que la que les ofrecía el anterior equipo de gobierno. “Argentina ha estado mucho tiempo cerrada al mercado internacional y eso hace que todo el talento que existe esté escasamente explotado”, afirma.

Hasta el momento incorporaron 10 personas al equipo local y piensan llegar a 100 en los próximos dos años y a 300 en los primeros cinco. Los puestos a sumar -al menos por el momento- serán de diseño gráfico y diseño industrial, desarrollo de software y atención al cliente. Bluesmart continuará teniendo su sede en Silicon Valley, California, y la oficina de operaciones en Hong Kong, que coordina la línea de producción ubicada en China.

La fabricación continuará haciéndose en el país oriental. “No tiene sentido hacerlo en otro lado -explica el CEO de Bluesmart-. China tiene todo un ecosistema armado para la producción de alta tecnología. Estamos convencidos de que la industria del futuro, la de más valor agrega, es la del conocimiento, es decir, inteligencias frente a una computadora creando software. Nuestras valijas llevan 114 componentes electrónicos, pero aún así la línea de producción no es lo que más valor agrega”, sostiene el tucumano.

TEXTUALES

¿Qué esperan los emprendedores de un gobierno?

Únicamente que reduzcan los obstáculos. Emprender, de por sí, es un desafío muy grande; y si a eso se le agregan otros obstáculos como un exceso de impuestos, sobre todo al principio, o trabas para importar y exportar, para transferir dinero... Los gobiernos tienen que ayudar a que sea más fácil tomar riesgos.

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¿Qué tan importante es el entorno, la ciudad en la que uno vive, como fuente de inspiración para la innovación?

Cualquier ser humano, en cualquier esquina del planeta, tiene el potencial de crear cosas increíbles, que cambien el mundo. Pero para que ese potencial se materialice hace falta exponerse a diversas ideas y mucha información, creer en uno mismo, y tener la persistencia de seguir adelante a pesar de muchos fracasos en el camino. El contexto importa, pero vivimos en una época increíble en la que toda la información y conocimiento del mundo están al acceso de todos. No dudo que desde Tucumán pueden surgir muchos innovadores que creen y emprendan grandes cosas.

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