Lanzan una campaña contra el acoso callejero en los ómnibus

El grito en la calle, el roce en el colectivo, el silbido supuestamente "de admiración", las propuestas sexuales "al paso", son todas formas de violencia simbólica contra las mujeres. Así lo consideraron las integrantes de la asociación Acción Respeto, una organización dedicada a concientizar sobre el acoso callejero, que iniciaron una campaña en distintos ámbitos, y que -dentro de pocos días- se pondrá en marcha en el transporte público de Tucumán. 

La semana pasada se firmó, en la Facultad de Derecho, un convenio entre el Observatorio de Género y Diversidad de la UNT y la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) para promover el desarrollo de actividades de cooperación tendientes sensibilizar públicamente a la ciudadanía sobre la violencia simbólica que implica el acoso callejero. 

Para ello, según figura en el convenio, se proveerá de calcomanías para pegar dentro las unidades de transporte, con imágenes que ilustran las distintas formas del acoso en los colectivos. "Las mujeres estamos acostumbradas a que nos griten en la calle, a que nos digan cosas. Queremos que se empiece a desnaturalizar este tipo de conductas, que se deje de pensar que es normal", dijo Sofía Fares, estudiante de Derecho e integrante de Acción Respeto Tucumán. 

"Hablamos de violencia simbólica porque implica que el cuerpo de la mujer está disponible públicamente para ser apreciado, valorado, calificado y escrutado por terceros", sostuvo la abogada Soledad Deza, del comité académico del Observatorio. "El acoso callejero habla de un 'cuerpo público' de la mujer. Por eso no importa si lo que se dice es una galantería o una grosería. El cuerpo no debe estar sujeto a opiniones. Es privado", insistió.