“Cuando ellos están, todo bien, pero cuando se van...”

“Cuando ellos están, todo bien, pero cuando se van...”

UN LUCHADOR. Daniel Petrella se hizo cargo del fútbol de All Boys. UN LUCHADOR. Daniel Petrella se hizo cargo del fútbol de All Boys.
16 Noviembre 2014
La irrupción de los políticos en el fútbol tucumano tiene ese no se que... Daniel Petrella, que se hizo cargo de All Boys luego de que el sindicalista Julio Luna se marchara del club es contundente: “Mientras esté uno y ponga el dinero en el club va a estar todo bien. Pero la pregunta que todos se hacen es qué pasa cuando se van, ya que ningún club tiene bases sólidas”. El coordinador general de los “gallegos” no tarda en argumentar su pensamiento. “Fijate el final de UTA. Mientras Roberto Jiménez era titular del gremio hizo un gran trabajo en todas las categorías, pero perdió las elecciones y la entidad desapareció”, recuerda en la charla con LG Deportiva.

Los futbolistas ven la llegada de los dirigentes políticos como una salvación. “Después de que el ingenio dejó a apoyar al club, vivíamos con problemas. Ahora estamos al día y no tenemos problemas para viajar. Claro que ahora la camiseta ya no tiene espacio para poner los nombres de todos”, bromea Diego Villafañe, uno de los jugadores históricos de Atlético Concepción.

Cristian Díaz, referente de Amalia, coincide con su colega, pero aclara que si no fuera por Germán Alfaro, el “villero” no tendría la más mínima chance de participar en el torneo Federal B. “Para jugar un partido en esta categoría necesitás $ 17.000 y con suerte se recauda $ 3.000. El aporte de la política es clave para que los jugadores estemos bien. No se vive del fútbol, pero tenemos una ayuda extra”, comenta el arquero.

En un fútbol semiprofesional como el tucumano, los planes sociales o un puesto en un organismo público son la moneda en el mercado de pases. José Jiménez, el futbolista de Bella Vista que fue suspendido por seis meses por haber arrojado a un perro a la tribuna en pleno partido, imploró para que le redujeran la pena, ya que al no jugar se quedarían sin el plan social que le habían conseguido los directivos de los “gauchos”.

“Estoy a disposición del club, pero no pido un plan social. Quiero trabajar y se tengo que estar en una oficina, me adaptaré. Me prometieron que me lo darán antes de fin de año como hicieron con Juan Lubo y Hugo Carrizo”, cuenta Juan Lazo, volante de Lastenia que actualmente es changarín en el Mecofrut.

¿Y qué pasa con los clubes que no reciben el apoyo de políticos? Se la rebuscan. “Nuestro caso es particular. Nos autofinanciamos con los carnavales. También buscamos recaudar fondos con reuniones de taba y de riñas de gallo (NdlaR: ambas están prohibido por Ley). Con eso crecemos institucionalmente”, informa Alberto Pino, presidente de San Antonio de Ranchillos y ex delegado comunal.

Comentarios