Pasó más de 1.000 días en el hospital, fue adoptada y hoy es feliz

Pasó más de 1.000 días en el hospital, fue adoptada y hoy es feliz

Sus padres y sus hermanos cuentan ahora la historia en primera persona .

UN ÁNGEL EN VUELO. Su familia asegura que Gri les cambió la vida. UN ÁNGEL EN VUELO. Su familia asegura que "Gri" les cambió la vida.
29 Octubre 2013
"Ahora, que el barco ya está bastante enderezado, que Gricelda mejora a pasos agigantados, que la palabra milagro se queda chica, ahora sí", dice emocionado Rubén Vega. Cuando la historia de Gricelda (así, con 'c' de casa, como dicen los chicos de los primeros grados) saltó a las tapas de los diarios porque se supo que llevaba más de 1.000 días en el Hospital de Niños esperando ser adoptada, Rubén había pedido que los datos de su familia se mantuvieran en reserva. Consideraba que la privacidad de la nena y la de ellos era fundamental.

Seis meses después los Vega ya no piden anonimato; todo lo contrario: abren las puertas de su casa, donde la familia completa navega en la algarabía. Y lo hace porque quiere que otros tucumanos se animen a dar cobijo a chicos que, como "Gri", esperan años ser adoptados porque sufren algún tipo de discapacidad.

Mirando atrás
Cuando Rubén y Dolores ("soy 'Loly'", dice con una sonrisa cuando se presenta) conocieron a la que hoy es la menor de sus hijos, ella estaba en una cuna del hospital, y sufría severos problemas respiratorios, de cadera y de columna, además de retraso madurativo.

"Hoy estamos contentos... ¡contentísimos! -exclama "Loly"-. Las pruebas genéticas descartaron que padezca síndrome de Coff como temían al principio". "Además ha mejorado en todos los aspectos: se ríe, tiene buena postura, presta atención, ya emite sonidos..." añade.

"Hace poco celebramos su tercer cumpleaños. Le encanta que le saquen fotos... ¡se pone en pose!", interrumpe "Majo", la primera de los cinco hijos que "Loly" llevó en su vientre.

Alrededor de la mesa, Gricelda pasa de brazo en brazo y juega con la cadenita que lleva al cuello otra de sus hermanas, se abalanza sobre la tablet en la que su padre busca fotos de ella, toma gaseosa de un vasito que sostiene su mamá. Mientras, la familia reconstruye el pasado inmediato: los días previos a la decisión judicial que les otorgó la nena en adopción, las mejoras rápidas que vieron en ella... pero también desidia burocrática y la discriminación.

"El contraste es impresionante: la gente de Tribunales se portó de 10.000 -cuenta Rubén-; la contracara la sufrimos cuando tramitábamos el pase en el transporte: mil trabas que se resumieron en una frase terrible: '... y encima es boliviana...'".

Futuro con esperanzas
Sí, Gricelda tiene futuro. Su cuerpo mejora día a día, gracias a la rehabilitación y a la estimulación constantes, pero básicamente tiene una familia que la sostiene: papá y mamá, sus cinco hermanos ("Majo", Marcela, Darío María y Augusto), dos sobrinos (hijos de Marcela) y cuatro "tías": Jéssica Gauna, Natalia Lescano, Roxana Tarifa y Eliana Herrera, las mujeres que se hicieron cargo de cuidarla mientras estuvo internada en el Hospital de Niños. 

"Nos habían sugerido que cortáramos el lazo -cuenta Rubén-, pero no nos pareció justo, ni con ellas ni con 'Gri'. Y estamos felices: la familia no ha dejado de crecer".

Las esperanzas se sostienen en los partes médicos, que son alentadores: la tráquea de Gricelda ha crecido, de modo que cuando le saquen la traqueotomía -aseguran- podrá hablar. Además, la rehabilitación ha acomodado la posición de sus piecitos, por lo que ya se para y se desplaza en andador. Si todo sale bien y logran destrabar trámites en la obra social, en noviembre le operarán la cadera, lo cual favorecerá más sus posibilidades de ser autónoma.

El llamado del amor
La algarabía alrededor de la mesa se calma un poco para pensar en otros. "Gricelda había estado meses en el registro nacional de adopciones y nadie se interesó en serio por ella" -cuenta "Loly" mientas la acuna-. De hecho, el juez nos dijo que fuimos los primeros en presentarnos como candidatos".

"Nosotras lo vimos en el hospital: cuando salió la nota en el diario vinieron algunas personas, pero era como que se asustaban al verla" -añade Jéssica-. Y no sólo pasa allí. Las cuatro 'tías' trabajamos en instituciones que albergan menores y hay muchos chicos que no consiguen familia porque sufren algún problema de salud".

"Queremos decirles a los tucumanos que no tengan miedo. Que las cosas son al revés de lo que se piensa: no es que nosotros le hacemos un bien a Gricelda: ella nos cambió la vida. Y hay muchos ángeles como ella esperando su oportunidad", dice "Loly" antes de la despedida.

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