TOKIO.- Los líderes financieros del mundo respaldaron ayer una lista de reformas de políticas que apuntan a presionar a Europa y a Estados Unidos para que lidien con problemas de deuda que amenazan con ahogar al crecimiento global. Los países, que se reúnen en el Foro Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), acordaron revisar el avance en un plazo de seis meses.
Sin embargo, su agenda de 10 páginas resumió principalmente medidas ya previstas, como desplegar un programa de compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE) y resolver el abismo fiscal estadounidense de recortes automáticos de gastos y subidas de impuestos que entran en vigor a principios del año que viene, a menos que el Congreso actúe.
La lista de metas y la revisión en seis meses están diseñadas para evaluar el cumplimiento de los países de sus compromisos, en un reconocimiento a la frustración dentro del Fondo Monetario Internacional, así como en muchas economías emergentes, sobre la poco sistemática respuesta política a la crisis.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que los miembros del FMI redujeron sus diferencias sobre cómo aplicar medidas, restando importancia a las discrepancias entre el Fondo y Alemania sobre cómo deben reducir sus presupuestos países endeudados como Grecia.
"No hubo objeciones a la recomendación que dimos a los miembros, que fue A-C-T-U-A-R", dijo Lagarde deletreando la palabra. "Puede que no siempre estemos de acuerdo en todo, pero creo que hay un consenso general de que la acción colectiva va a ofrecer resultados", añadió.
En un comunicado difundido tras dos días de conversaciones, los miembros del organismo advirtieron de que el crecimiento económico global se está desacelerando y que sigue habiendo incertidumbres sustanciales y riesgo de caídas. Pero el comité de Gobierno del FMI, que representa a los 188 países miembros, elogió los pasos tomados, especialmente en Europa, que según dijeron han puesto más seguro al sistema financiero mundial, aunque aún no hayan ido lo suficientemente lejos. "Todos los miembros estuvieron de acuerdo en que estamos en una posición mejor hoy que hace seis meses", señaló el presidente del comité, Tharman Shanmugaratnam, de Singapur, en una rueda de prensa tras la cumbre.
Los miembros del FMI zanjaron, a su vez, el debate entre austeridad y crecimiento con un llamado a conciliar ambas propuestas; mientras que los países emergentes intentaban hacer oír su voz sobre las consecuencias de la desaceleración.
"La política fiscal debería ser calibrada adecuadamente, de forma que favorezca el crecimiento en la medida de lo posible", dijo el Comité Financiero y Monetario Internacional (CMFI), que define las grandes orientaciones políticas del Fondo.
Varios informes publicados esta semana por el FMI rebajaron las previsiones de crecimiento económico global por segunda vez desde abril, y advirtieron de la necesidad de tomar medidas en las economías avanzadas, incluyendo a EEUU, para abordar sus problemas de deuda, una resaca de la crisis global.
Para rellenar las arcas de guerra para combatir la crisis, el FMI ha tomado U$S 461.000 millones en contribuciones de países miembros, con Argelia y Brunei como los más nuevos miembros en el grupo de donantes, afirmó Lagarde. Estados Unidos se cuenta entre las ausencias notables en la lista de contribuyentes. "Asia no puede cargar con la economía global por sí sola", dijo el responsable del Tesoro australiano, Wayne Swan. "Es hora de que los otros actores salgan del banquillo y empiecen a hacer sentir su peso en el crecimiento global de nuevo", agregó.
Los mercados emergentes, afectados por la recesión de la zona euro y el lento crecimiento de Estados Unidos, estaban decepcionados de que el FMI no haya cumplido con su meta para realizar reformas de votación que habrían convertido a China en el tercer país más influyente dentro de la entidad. (Reuters-AFP-NA)