El tucumano que murió en los campos de Hitler

El tucumano que murió en los campos de Hitler

Entre los 23 argentinos que fallecieron en los sitios de exterminio del régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial figura un hombre nacido en 1895 en Los Villagra, al este de San Miguel de Tucumán. Con pocos datos, se hizo una biografía.

Archivos de la Oficina de Caen para la Memoria de Víctimas de los Conflictos Contemporáneos Archivos de la Oficina de Caen para la Memoria de Víctimas de los Conflictos Contemporáneos
Haber ayudado a escapar a franceses prisioneros de los nazis en París fue la causa de que Pierre Louis Piotet fuera detenido y deportado a un campo de exterminio en Berlín. Era de baja estatura, morocho, con un lunar en una ceja; trabajaba en una empresa de licores en París.

Había nacido en Los Villagra en 1895, y es el único tucumano que fue víctima de los campos de concentración nazis. Es uno de los 23 argentinos que fallecieron en los sitios de exterminio del nazismo, en el marco de la "solución final" puesta en marcha en la Conferencia de Wannsee hace 70 años, bajo la férula de, entre otros, Adolf Eichmann, el jerarca que después de la guerra se escondió en Tucumán bajo el nombre de Ricardo Klement.

Pocas huellas hay de Piotet en su provincia natal y apenas una pequeña parte de su historia ha sido rescatada en Francia, de los archivos de la Oficina de Caen para la Memoria de Víctimas de los Conflictos Contemporáneos. Juliette Maffre -una estudiante de ciencias Políticas de la Universidad de Estrasburgo que realiza una pasantía para una investigación orientada por la Secretaría de Derechos Humanos de Tucumán, junto a los Ministerios de Educación y de Coordinación- obtuvo cartas y actas de los archivos franceses.

El padre de Piotet, Paul, era un ingeniero que vino en 1889 al país. Había partido de Burdeos en el barco Orenoque. No se sabe cuándo llegó al este tucumano, aunque ya figura en el censo nacional de 1895 en la zona, donde estaba casado con la tucumana Virginia Crosvin, nacida en Leales en 1865. En el censo, realizado el 10 de mayo de 1895, figuran dos chicos de apellido Piotet: Guillermo y Carmen. Se supone que son hermanos de Pierre, quien nació 10 días después del relevamiento, el 20 de mayo, y que fueron bautizados en una parroquia de Leales: en los archivos Piotet figura como católico.

En su recorrida por Los Villagra (departamento Cruz Alta, a 15 km al este de San Miguel de Tucumán) la investigadora no halló testimonios de la presencia del ingeniero Paul Piotet por el pueblo ubicado entre las rutas 306 y 9, aunque se piensa que podría haber sido contratado por los dueños de un ingenio de fines del siglo XIX, que luego perteneció a la Compañía Azucarera Tucumana, fundada en 1895 y propietaria, en esos años, de los ingenios La Florida, Nueva Baviera, La Trinidad, Lastenia y San Andrés.

En el lugar llamado "Finca Elisa" y también "Finca La Argentina" hay una vieja casa de unos 130 o 140 años, junto a una arboleda que creció sobre los ladrillos que quedaron del viejo ingenio, que hoy pertenece a la familia del productor Carlos Sánchez Loria. "La propiedad fue adquirida en los años 20 y ya en esa época no quedaban casi rastros del ingenio", dice Sánchez Loria, quien remarca: "en mi familia no hay referencias de que hubiera trabajado allí algún francés".

Pero en las cartas guardadas en el archivo de Francia figura que Pierre nació en Los Villagra. No se sabe si él o sus hermanos fueron a la escuela en la zona, ni cuándo su padre decidió regresar a Francia, pero fue antes de la Primera Guerra (1914-1918) o durante su transcurso. Su esposa cuenta que, en esa contienda, Pierre fue tomado prisionero, de lo que se interpreta que ya vivía con su familia en Francia.

Pierre había tramitado la nacionalidad francesa. Se casó en 1920 con Marie Zoe Lachaud en Brive la-Gaillarde (400 km al sur de París), donde vivieron con sus dos hijos, Jean (nacido en 1923) y Jacqueline (1928). Para la época de la Segunda Guerra (1939-1945) trabajaba en París en una empresa de licores, Dauvergne, donde fue corredor, viajante, contador y gerente. En una carta, el dueño del comercio dice que tenía mucha confianza en su trabajo y que Piotet siempre tuvo espíritu patriota y resistente.

Ese espíritu signó su destino: el 17 de marzo de 1943 fue arrestado como integrante de la resistencia, por ayudar a escapar a los prisioneros de los campos del norte de París, y quedó encerrado en Royallieu en Compiegne, un sitio de tránsito ubicado 50 kilómetros al norte de París.

El 28 de abril de ese año fue llevado en un convoy ferroviario hacia Alemania, en el que trasladaban a 900 personas. Los hombres fueron llevados al campo Sachsenhausen, a 90 kilómetros al norte de Berlín, al que llegaron el 30 de mayo. Entre ellos estaba un hombre de apellido Fournial,

que había organizado con Piotet las fugas de prisioneros en Compiegne, según relató en una carta el hermano de Fournial, que era policía en Francia.

En el campo alemán tuvo un amigo, Petitot, quien fue uno de los sobrevivientes. Él le escribió en febrero del 44 a la esposa de Piotet contándole que estaba bien de salud, que siempre lo había cuidado como un padre, que no se desesperase, que seguro lo iba a poder ver pronto.

Pero ese mes, cuando llegaba la liberación del campo, fue trasladado por una columna. Lo llevaron a otro campo, Mauthausen, donde no quedó registrado su ingreso. Se cree que fue ejecutado en el camino.

Tras la guerra, su esposa intentó averiguar qué había ocurrido con él, pero nada más se supo. Los trámites y cartas abarcan del 46 al 53, cuando Francia le hizo un reconocimiento con la mención "Muerto por la patria" y el título de "Deportado". Después no hay datos. "En Francia quedan 69 personas de apellido Piotet y en Argentina no encontramos registros todavía. Aunque puede haber cambiado la forma de escribir el apellido", dice Juliette Maffre.

Los argentinos fallecidos en los campos nazis fueron 18 varones y cinco mujeres; la mitad de ellos eran porteños y los otros de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Juan, Salta, Chaco, Entre Ríos y Tucumán. En varios lugares han hecho homenajes a su memoria. En Tucumán, el nombre de Piotet apenas acaba de salir de la bruma del tiempo.



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