Carlos Fuentes descansará junto a sus hijos, Carlos y Natasha, en un cementerio parisino

Carlos Fuentes descansará junto a sus hijos, Carlos y Natasha, en un cementerio parisino

MULTITUD. El velatorio se realizó en el Palacio de Bellas Artes mexicano. REUTERS MULTITUD. El velatorio se realizó en el Palacio de Bellas Artes mexicano. REUTERS
17 Mayo 2012
Después de firmar durante tres horas ejemplares de sus novelas en la Feria del Libro, Carlos Fuentes les confió a sus interlocutores -durante una rueda de prensa- que en el cementerio de Montparnasse, en París, había un monumento muy lindo esperándolo.

"Se acerca el momento de ir a ocuparlo", dijo, acaso proféticamente. Luego de su muerte estas palabras retumban y dan escozor. Quizás su sensibilidad de escritor le dictaba que el fin estaba cerca. Que no podría ponerle punto final a "El baile del centenario", novela que estaba por comenzar. Y que tampoco vería los frutos de "Federico en su balcón", que no salió a la venta aún.

Pero lo que seguramente su alma de 83 años deseaba era recostarse al lado de sus dos hijos: Carlos y Natasha. Carlos era hemofílico y falleció en 1999 a los 25 años. Natasha fue encontrada muerta en un callejón del barrio de Tepito, de Ciudad de México, a los 30 años.

Estas dos pérdidas fueron un golpe que nunca pudo superar y cuyo dolor terminó por colarse en todos sus relatos posteriores. Le queda una hija, Cecilia, fruto de su primer matrimonio con la actriz Rita Macedo.

Según consignan algunas agencias, en el cementerio parisino hay una lápida blanca que ya tenía inscripto su nombre con la fecha de nacimiento (1928).

En ese mismo lugar descansan los restos de algunos de sus amigos entrañables: Julio Cortázar, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Samuel Beckett.

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