El Siprosa avala el fallo sobre abortos no punibles

Pragmático, real y conciso. Esas fueron las palabras que la doctora Adriana Álvarez eligió para calificar el reciente fallo de la Corte Suprema de la Nación sobre el aborto no punible. Si bien el Gobierno no emitió una postura oficial al respecto, la coordinadora del programa de salud sexual y reproductiva del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) detalló a LA GACETA cómo trabaja el Estado en los casos que se dan en la provincia.

"Desde Salud trabajamos con las normativas que tenemos, como la que hoy está tan mediatizada por el fallo que dio la corte. Se ocuparon páginas y páginas de los medios con algo que data de 1920. Tenemos una Corte que ha tenido otra visión. El fallo de la Corte fue decirnos a los médicos que dejemos de judicializar temas que no deberían estarlo porque están incluidos en el Código Penal", advirtió la profesional, que está a cargo del área desde 2007. Recordó que el artículo 86 (incisos 1 y 2) dispone que el aborto no es punible en dos ocasiones: cuando se realiza para evitar un peligro para la vida o la salud de la madre, y cuando el embarazo proviene de "una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente".

Estimó que por mes suman alrededor de 100 las mujeres que egresan por esta condición del sistema público de salud.

"Desde el programa estamos aplicando la guía que el Ministerio de la Nación tiene para la atención de mujeres en situación de post aborto", precisó.

Alvarez consideró que el fallo reivindica la valoración de la capacidad y la formación del profesional de la salud para decidir cómo actuar al recibir una paciente con un embarazo producto de una violación. "Lo que expresaron otros gobernadores es que los médicos deberían hacer la práctica siempre y cuando haya una denuncia. Esto es desmerecer a los que estamos en el sistema. Somos profesionales y estamos capacitados para atender estos casos. No tenemos por qué esperar a que un agente de policía escriba y diga qué hacer. Pensar que tenemos que recurrir a un externo, violando inclusive la intimidad de la mujer. Además, como médica y como persona tengo el derecho a la objeción de consciencia, que es personal (no institucional) y que puede ser de cualquier orden", opinó.

Contención y apoyo

"No atendemos un útero ocupado, sino a un ser humano que piensa y que siente. Y la salud es física, psíquica, emocional y social". Las palabras de Álvarez resumen la complejidad de la tarea médica en la atención de mujeres víctimas de la violencia sexual. "No es que Salud esté trabajando para hacer abortos, nunca fue el espíritu de este programa. Es para prevenir que la mujer llegue a esa instancia. Esta no es una política abortiva, no estamos haciendo apología. Estamos teniendo un problema que es una brasa caliente en las manos y tenemos que hacer algo", caracterizó.

Prevención, educación, acompañamiento y contención son los términos que Álvarez menciona como ejes del programa que dirige. La médica describió que, erróneamente, se cree que la mujer ingresa directamente a una guardia a pedir un legrado. "No es así, llegará y tendrá un sistema que la recibe, que la deriva a un servicio, que la acompaña y que la contiene. Porque esa mujer que llega, con o sin denuncia, que está embarazada producto de una violación, se embarazó seis o siete semanas atrás", aseveró. Luego, destacó que se le brinda toda la información sobre las posibilidades que tendrá: continuar con el embarazo, suspenderlo o dar al niño en adopción. "Ella tendrá la autonomía de decidir qué hará con ese embarazo", aseveró.