SEÚL.- El líder norcoreano Kim Jong-il, quien manejó el país con puño de hierro durante más de 16 años, murió a los 69 años de edad y su deceso provocó en el mundo reacciones de incertidumbre y exhortaciones a modificar su estructura económica y orientación política. La muerte, derivada de un derrame cerebral, sucedió el pasado sábado pero recién se dio a conocer ayer. Lo sucederá su hijo Kim Jong-un. El líder supremo del país, Kim Il-sung había muerto a los 82 años, en octubre de 1994, lo que llevó al poder a su hijo Kim Jong-il, en la primera sucesión dinástica comunista. Ahora, el hijo menor del máximo líder lo reemplaza en el cargo; lo denominan "el gran sucesor". Kim, de 69 años según su biografía oficial, falleció durante un viaje en tren a raíz de un ataque cardíaco producto del agotamiento "físico y mental", informó la agencia de noticias estatal, mientras una mujer vestida de negro y con voz temblorosa anunciaba su muerte en la televisión oficial.
El régimen comunista llamó a los norcoreanos a apoyar y permanecer leales a Kim Jong-un, "gran sucesor de la causa revolucionaria" y "destacado líder de nuestro partido, Ejército y pueblo". El joven Kim ya se perfilaba como sucesor después de que su padre lo designara para ocupar altos cargos en una reunión de miembros del partido en septiembre de 2010. Los nombramientos fueron similares a los que el propio Kim recibió antes de suceder a su propio padre, el fundador Kim Il-sung, en 1994.
La televisión estatal mostró imágenes de personas llorando en Pyongyang, la capital. Muchos salieron a las calles de rodillas. y otros se reunieron frente a los grandes monumentos dedicados al padre de Kim y "eterno presidente" Kim Il-sung. Según analistas surcoreanos hubo menos "histeria" y expresiones de pesar que en julio de 1994, cuando murió Kim Il-sung, quien aún es venerado en Corea del Norte como un Dios.
Durante su régimen, Kim Jong-il aisló al país, lo llevó al borde de la quiebra económica y rechazó ayuda internacional. Lideró uno de los mayores ejércitos del mundo y mantuvo una fuerte tensión con las potencias occidentales por su programa nuclear. Pese al hermetismo en la información en torno a Kim, se decía que su estado de salud era frágil tras sufrir una apoplejía en 2008. Desde entonces, creció la especulación sobre quién tomaría el mando del país. La respuesta llegó en septiembre de 2010, cuando Kim ascendió al frente el partido del gobierno a Kim Jong-un, cuya edad precisa no se conoce, pero al parecer tendría menos de 30 años.
El funeral se realizará el 28 de diciembre en la capital del país. El Ejército de Corea del Sur, históricamente enfrentado a Corea del Norte, elevó al máximo su nivel de alerta. El gobierno japonés convocó a una reunión de su consejo de seguridad y el premier, Yoshihiko Noda, instruyó al ministerio de Defensa a alistarse para cualquier eventualidad. El gobernante Partido Comunista chino ofreció sus condolencias a su aliado y vecino y consideró a Kim Jong-il "un viejo amigo". La canciller de Alemania, Angela Merkel, instó al país a aprovechar las oportunidades que se le abren con la muerte del dictador para llevar a cabo reformas significativas que permitan una apertura. El secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, pidió un "abordaje prudente" a la situación. Estados Unidos tiene acantonados 28.500 soldados en la península. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo llamó "camarada" a Kim y lamentó su fallecimiento. (Reuter-AFP-DPATélam)