19 Diciembre 2011
APARECEN RESPUESTAS. Los trabajos en Pozo de Vargas se iniciaron en 2002. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
El legislador Ricardo Bussi (FR) volvió a poner en tela de juicio la seriedad de las pericias que, tras el hallazgo en Pozo de Vargas, permitieron identificar los restos del ex senador Guillermo Vargas Aignasse, y por cuya muerte fue condenado a perpetua su padre, el represor Antonio Domingo Bussi.
"La sorpresa inicial se convirtió en estupor, dado que la Justicia y los políticos kirchneristas siguen sin explicar cómo es posible que sólo hayan encontrado restos óseos del ex senador Vargas Aignasse, cuando, según sus propias especulaciones, en Pozo de Vargas se encontrarían miles de desaparecidos. Creer en las casualidades, a esta altura, resulta una ingenuidad impresentable (...). Es evidente que lo que se pretende es hacer uso político de los muertos de la guerra de los 70", señaló.
Ricardo Bussi es hijo del ex militar que se hizo cargo de la intervención de la Provincia tras el golpe del 24 de marzo de 1976. El represor fue condenado a perpetua en 2008 por el secuestro y la desaparición de Vargas Aignasse, y falleció el 24 de noviembre a los 85 años.
Sobre sus dichos opinaron otros dirigentes, como los concejales radicales José Luis Avignone y Roque Mendía. "Pareciera que Ricardo Bussi desconoce que, a través de investigaciones (en este caso por quienes se dedican a la antropología) se pueden determinar parentescos o identificación de personas mediante estudios genéticos", dijeron los ediles. Y añadieron: "si su padre hubiera tenido en la última etapa de su vida el gesto de revelar dónde están y qué hicieron con los desaparecidos, hubiera ayudado a saber la verdad".
También se refirió a la polémica la organización Andhes. "Sólo en Tucumán hubo cerca de 2.000 desaparecidos. Además, se asesinó, torturó y privó ilegalmente de la libertad a miles de personas más. Unos 500 niños fueron apropiados y entregados, muchos de ellos, a los mismos asesinos de sus padres. Hubo saqueos de bienes, extorsión, persecuciones políticas, exilio forzoso, censura. Y ahora se comprueba, fehacientemente, el uso de fosas comunes donde se echaba a los opositores al régimen asesinados. Entonces, cabe más que nunca la pregunta: ¿de qué guerra hablan?", planteó. La CTA Tucumán también se expidió. "Los restos de desaparecidos en el Pozo de Vargas y el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga son una prueba escalofriante que se agrega a los muchos testimonios de que allí funcionaba un campo de concentración y exterminio. La lucha incansable desde hace 35 años permitió este hallazgo", indicó la organización sindical.
"La sorpresa inicial se convirtió en estupor, dado que la Justicia y los políticos kirchneristas siguen sin explicar cómo es posible que sólo hayan encontrado restos óseos del ex senador Vargas Aignasse, cuando, según sus propias especulaciones, en Pozo de Vargas se encontrarían miles de desaparecidos. Creer en las casualidades, a esta altura, resulta una ingenuidad impresentable (...). Es evidente que lo que se pretende es hacer uso político de los muertos de la guerra de los 70", señaló.
Ricardo Bussi es hijo del ex militar que se hizo cargo de la intervención de la Provincia tras el golpe del 24 de marzo de 1976. El represor fue condenado a perpetua en 2008 por el secuestro y la desaparición de Vargas Aignasse, y falleció el 24 de noviembre a los 85 años.
Sobre sus dichos opinaron otros dirigentes, como los concejales radicales José Luis Avignone y Roque Mendía. "Pareciera que Ricardo Bussi desconoce que, a través de investigaciones (en este caso por quienes se dedican a la antropología) se pueden determinar parentescos o identificación de personas mediante estudios genéticos", dijeron los ediles. Y añadieron: "si su padre hubiera tenido en la última etapa de su vida el gesto de revelar dónde están y qué hicieron con los desaparecidos, hubiera ayudado a saber la verdad".
También se refirió a la polémica la organización Andhes. "Sólo en Tucumán hubo cerca de 2.000 desaparecidos. Además, se asesinó, torturó y privó ilegalmente de la libertad a miles de personas más. Unos 500 niños fueron apropiados y entregados, muchos de ellos, a los mismos asesinos de sus padres. Hubo saqueos de bienes, extorsión, persecuciones políticas, exilio forzoso, censura. Y ahora se comprueba, fehacientemente, el uso de fosas comunes donde se echaba a los opositores al régimen asesinados. Entonces, cabe más que nunca la pregunta: ¿de qué guerra hablan?", planteó. La CTA Tucumán también se expidió. "Los restos de desaparecidos en el Pozo de Vargas y el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga son una prueba escalofriante que se agrega a los muchos testimonios de que allí funcionaba un campo de concentración y exterminio. La lucha incansable desde hace 35 años permitió este hallazgo", indicó la organización sindical.
Nuevo testimonio
"Yo vi a Bussi y a otros oficiales fusilarlos", tituló ayer el diario Perfil una entrevista con el ex gendarme Omar Eduardo Torres (61 años). Este declaró que presenció varios de los fusilamientos. "Me enteré de que los datos que había aportado eran correctos en abril de este año, cuando se encontró la primera fosa, pero antes tuve que soportar que muchos cuestionaran mi testimonio, entre ellos el ex juez Mario Racedo", cuestionó.
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