"El tipo de cambio está por debajo del 1 a 1"

"Estamos vendiendo nuestros productos a un tipo de cambio del Paleolítico. Este tipo de cambio, si uno lo lleva a valores constantes, está por debajo del 1 a 1 de la convertibilidad", señaló a LA GACETA Claudio Zuchovicki, gerente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Agregó que, en este caso, lo que está favoreciendo al productor ruralista son los buenos precios internacionales de los granos, fundamentalmente de la soja.

El directivo de la entidad bursátil, que vino a Tucumán para dictar un taller organizado por la Cámara de Analistas y Asesores de Economía, cuestionó la política de precios controlados que lleva adelante el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Dijo también que el sector de los commodities está siendo perjudicado por un retraso cambiario que incluye la vigencia de las retenciones, y que la economía en general tiene que soportar hoy un dólar paralelo que se ubica un 20% por arriba de la cotización de la moneda estadounidense en el mercado oficial.

Zuchovicki realizó una visita a Tucumán, oportunidad en la que dialogó con nuestro diario. Estos son algunos de los conceptos vertidos en la entrevista:

- El año próximo parece que será estable, pero en 2013 no sabemos qué va a pasar. Ahora hay viento a favor, pero puede cambiar dentro de dos años.

-Creo que ya hay luces amarillas. En el sector de commodities donde se ve un retraso cambiario con vigencia de retenciones, dependemos exclusivamente de factores que no manejamos: precio internacional y clima. En las variables que sí podemos manejar dentro de la economía argentina, las cosas no se están haciendo correctamente. Además tenemos un dólar paralelo que está un 20 por ciento por arriba del dólar oficial. Cuando esas cosas empiezan a pasar y las propiedades comienzan a aumentar en dólares, y otros factores de la economía están con un altísimo nivel de dolarización, esto marca que una de las variables, la competitividad, principal motor de las virtudes del proceso de reactivación de Duhalde-Lavagna 2002, se está deteniendo.

- ¿Qué es entonces lo que esto produce en la economía?

-Esto implica niveles crecientes de las importaciones. Estas importaciones no son un capricho del consumidor argentino. Es una necesidad tecnológica o de insumos para la industria. No es una necesidad de carne de cerdo ni de bananas. Eso no es un capricho, es una necesidad de la economía. Está también el hecho de que haya importaciones crecientes de algunas cosas que no son tan necesarias, que podemos producirlas nosotros, pero que comienza a ser conveniente traerlas de afuera. Lo único que falta es que comiencen a aparecer de nuevo los fideos, los choclos, el jugo de naranja. Recordemos que años atrás el 55% de la oferta de alimentos en este país llegó a ser de origen extranjero. Y ahora ya estamos yendo por ese camino.

- Hay estudios que dicen que los valores de los productos están por debajo del dólar de la convertibilidad

-Y eso es así. No es que los sojeros, los productores de granos seamos adictos al dinero, que seamos unos avaros incorregibles. Estamos vendiendo a un tipo de cambio del Paleolítico. Si a este tipo de cambio lo llevamos a valores constantes, está por debajo del 1 a 1 que regía durante el programa económico de la convertibilidad. La verdad es que lo que nos están salvando son los buenos precios internacionales. Si no fuera por la aparición de China, por la demanda asiática, no estaríamos bien. Además el productor debe sumar una carga impositiva expoliatoria y los costos que siguen aumentando. En las cuestiones de las producciones predominantes, hoy la lógica es que se tiende a la concentración y cada vez se profundiza más eso.

-¿Qué es lo que hace en ese sentido el Gobierno?

-Hay tremendas contradicciones en el Gobierno actual. Y una de las más importantes es la transferencia de ganancias a los grupos concentradores. Lo que se podría llamar la lógica Moreno (el secretario de Comercio de la Nación), avalada por Néstor Kirchner primero y posteriormente por Cristina Fernández de Kirchner, es arreglemos con unos pocos y mantengamos controlado al resto. De tal forma, los supermercados Carrefour y Coto se prestan para que el Indec mida los precios controlados allí, pero 29.500 productos están sin controles de precios.