"Ya no hay esnobs como Victoria Ocampo"

"Ya no hay esnobs como Victoria Ocampo"

El crítico de literatura y de música del diario La Nación acaba de publicar La músicaen el Grupo Sur y Formas frágiles, dos libros que unen sus pasiones.

LA DEFINICIÓN. La relación de Borges con la música es la de una inexistencia, asegura el crítico. LA DEFINICIÓN. "La relación de Borges con la música es la de una inexistencia", asegura el crítico.
14 Agosto 2011
Por Fabián Soberón
Para LA GACETA - Tucumán

- Estudiar el lugar de la música en el grupo Sur implica una serie de habilidades y disposiciones. ¿Cómo se conjugan en tu formación la crítica literaria y la crítica musical?
- Me animaría a decir que la disposición crítica es anterior a su objeto. Pero es indudable que, en el caso del libro sobre Sur, se unieron de algún modo la literatura y la música, sobre todo si se tiene en cuenta que mi primer interés por la revista vino por el lado de la literatura.

- Una de tus hipótesis (tal vez la hipótesis central) en La música en el Grupo Sur , según se lee en el libro, consiste en que, para el grupo, la música fue un proyecto moderno inconcluso. Hacia el final del libro decís que el itinerario inconcluso del grupo va "del esnobismo a la autonomía".
- La presencia de la música en los inicios de Sur estuvo muy influida por los intereses de Victoria Ocampo, deudores de una modernidad "a la francesa" que encontraba su mejor encarnación en Stravinsky. Pero Stravinsky era solamente uno de los rostros de la modernidad musical. Schönberg y la Escuela de Viena, el otro rostro, llegaron luego, aunque tal vez ya demasiado tarde, a instancias de Murena y la traducción de Filosofía de la nueva música de Adorno. Se puede advertir un dibujo intelectual en Sur, que visto en estos términos iría del esnobismo inicial a la Escuela de Frankfurt, pero el dibujo de ese itinerario está incompleto.
- En Formas frágiles afirmás: "el mito romántico de la crítica como arte no es más que una fantasmagoría teórica". Luego citás a Fessel: "Se puede pensar la escritura sobre una obra musical como una forma de escucha, más reflexiva y detallada", ¿Cuál es tu idea de la crítica -a secas- y de la crítica musical?
- Hay toda una línea, que nace del romanticismo alemán y en la que me reconozco, que concibe a la crítica como arte. Ambas, arte y crítica, se encuentran en el ensayo. En el caso específico de la crítica musical, y sobre todo de la crítica de una pieza nueva, se requiere imaginación para comprender por qué esa pieza está hecha como está hecha y de qué modo de traduce en palabras esa experiencia musical. Me gusta mucho una frase de Reger, el protagonista de Maestros antiguos, la novela de Thomas Bernhard: "Soy un artista crítico, durante toda mi vida he sido un artista crítico".

- En ambas publicaciones se mezclan los saberes y los protocolos de la crítica y de la filosofía de la música. ¿Cómo ves esta relación?
- Es una relación imprescindible. Por mi parte, trato (y no siempre logro) que incluso en los textos más ocasionalmente periodísticos la crítica mantenga una orientación filosófica.

- La lista de músicos que estudias en Formas frágiles es heterogénea. ¿La selección depende tanto de tu gusto personal como de tu interés por el tema? Al hacerte esta pregunta pienso en una idea de Oscar Wilde: "la crítica es la forma moderna de la autobiografía".
- La idea de Wilde es exacta y define un poco lo que pasa en Formas frágiles, aunque allí se trataría más bien de una autobiografía fantasmal hecha de biografías ajenas. La verdad es que cada uno de los nombres cumple en el libro una función estratégica; son como máscaras de ciertos aspectos de la improvisación, la indeterminación y el azar. Pero al mismo tiempo Lennie Tristano, Stockhausen, Cornelius Cardew, Coltrane y, más que ningún otro, Schubert, son músicos que me interpelan especialmente.

- Me parece destacable que revises en La música en el Grupo Sur la relación de Jorge Luis Borges con la música. Tus reflexiones van en contra del mito (del lugar común) que dice que Borges era alguien que dominaba todos los saberes.
- Sí, la relación de Borges con la música es la de una inexistencia. Sabemos que le gustaban las milongas, los blues y Gershwin, quizás también Brahms, aunque por razones que no hubiera podido explicar y que seguramente no eran musicales. Tal vez la mayor sabiduría de Borges fuera la del lector, pero no en el sentido del que lee mucho sino del que sabe encontrar en cada libro aquello que necesita. Esa pericia, que alcanzó en él un colmo, no le servía para enfrentarse con la música, a la que creía desprovista de cualquier sentido.

- Tus comentarios sobre el esnobismo en relación con el grupo pone en cuestión el lugar canónico de la revista como epicentro de la vanguardia. Pero también citás a Borges: "el esnobismo es la más sincera de las pasiones argentinas". ¿Podrías ampliar?
- Sur no fue de vanguardia. Tenía un impulso modernizador pero nunca objetó la institución arte, que es un rasgo decisivo de las vanguardias históricas. Incluso, podría decirse que la revista ajustó cuentas con esas vanguardias históricas al traducir, en 1963, el artículo Las aporías de la vanguardia, del poeta Hans-Magnus Enzensberger. Por otra parte, no creo que haya ironía en la frase de Borges sobre los esnobs. Ya no hay esnobs como Victoria Ocampo, y en todo caso ella tampoco fue una simple esnob; sus gustos finalmente eran muy sinceros, y a esa sinceridad se le debe la fuerza modernizadora de su proyecto.
© LA GACETA

PERFIL

Pablo Gianera nació en Buenos Aires en 1971. Es crítico de música y de literatura. Trabaja en la revista de cultura ADN, del diario La Nación. Dicta clases en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios