Las monjas dejan la administración de la Sala Cuna

Son apenas tres, y la congregación las necesita para seguir llevando adelante otras obras. "Con gran dolor en el alma nos vamos a retirar de esta institución", dijo a LA GACETA la hermana Evangelina Navarro, rectora del Colegio Guillermina y representante de las misioneras de la Inmaculada Concepción, que desde hace 98 estaban a cargo de la Sala Cuna. La religiosa explicó que hacen falta hermanas para atender el colegio, un jardín de infantes, un comedor en Las Talitas, otro colegio en Formosa y un geriátrico en Córdoba.

La congregación dejará la Sala Cuna el 29 de agosto y a partir de ese día el Estado asumirá toda la responsabilidad, informó la ministra de Desarrollo Social, Beatriz Mirkin.

La hermana Navarro reconoció que la falta de monjas se debe a que no hay vocaciones religiosas. "Gracias a Dios hay vocaciones laicales", dijo, y apuntó que los empleados (estatales) de la Sala Cuna son misioneros. "Para ellos, los chicos son sus hijos", destacó. La hermana Irma Serrizuela, directora desde hace 15 años, afirmó: "transformamos en vida, hogar y casa esta institución; es lo más parecido a una familia que los chicos pueden tener".

La directora de Familia, Graciela Sare, comentó que el Estado designará un reemplazante de la hermana Irma. Apuntó que hay 35 niños (desde recién nacidos hasta cinco años) institucionalizados y, además, funciona una guardería materno infantil.