El hombre récord no llegó a su última meta

El hombre récord no llegó a su última meta

Tirador iba a hacer ayer el kipe más grande del mundo y lo iban a transmitir en vivo para toda la Argentina. Ya estaba todo listo, pero cuando fueron a buscarlo, se encontraron con lo peor. Tenía 17 marcas en el libro Guinness y la última fue el sándwich de milanesa más grande del mundo. Los logros de un hombre dedicado a las proezas y de una tenacidad inigualable.

26 Julio 2011
El hombre estaba ansioso, inquieto como siempre, entusiasmado. Siempre le gustaron los flashes y las cámaras y ayer iba a aparecer nada menos que en las pantallas de todo el país a través de Canal 7, la TV Pública.

Ya estaba todo armado: el escenario en la plaza Independencia para los grupos folclóricos, los periodistas de acá y de Buenos Aires, los móviles del canal y hasta el público. Víctor Manuel Tirador había anunciado que batiría un nuevo récord Guinness, el pasatiempo favorito de su vida, esta vez cocinando el kipe más grande del mundo.

Quién sabe las veces que habrá sonado ese teléfono. Era una persona puntual y a las 11, como había quedado, no estaba en el lugar. Cuando la gente de Cultura llegó a su departamento, en la zona de Santa Fe y 12 de Octubre, se encontraron con Cecilia, su hija, y ella confirmó lo peor.

"Mi papá tenía un último sueño y era lograr este récord para luego irse a Venezuela a trabajar en la empresa de mi hermano Andrés. No lo logró", le dijo Cecilia a LA GACETA entre el desconcierto y el llanto. "Suponemos que habrá sido un paro cardíaco. Hace rato que venía con problemas de salud, sobre todo de irrigación", contó la mujer de 32 años.

Era el último

Cuando pudo respirar luego de hacer el sándwich de milanesa más grande del mundo, en marzo de este año, Tirador le confesó a LA GACETA que estaba un poco triste porque iba a abandonar definitivamente su actividad de hombre récord. "A la milanesa más grande la hice con un 90% de felicidad y un 10% de tristeza. Este es mi último récord. Cada vez se hace más difícil conseguir apoyo y creo que hay que dejarle lugar a la gente joven", le dijo al cronista. Y, en contra de sus deseos, sus palabras se cumplieron. "Con esto estaba muy entusiasmado, quizás los nervios le jugaron en contra", lamentó Cecilia.

Los periodistas del equipo que lo esperaba en la plaza quedaron absortos con la novedad. A partir de las 14 querían transmitir en vivo desde el corazón tucumano y el récord, uno de los números fundamentales para el programa, ya no iba a ser posible. "Se murió el récordman", dijo un porteñísimo periodista. Los tucumanos que aguardaban para ver -y comer, claro- el kipe más grande del mundo también quedaron petrificados.

Es que nadie en Tucumán se empeñó tanto en figurar entre las páginas del Libro Guinness. Hizo de todo, aunque sus marcas principales estuvieron ligadas casi siempre a la cocina: la pizza más larga del mundo, la milanesa napolitana más grande del mundo, la mayor cantidad de cafecitos tomados en menos tiempo, y la mayor cantidad de horas sentado tocando la batería, fueron algunas de las 17 entradas en el libro que endiosaba. Por tanto empeño Tirador se convirtió en miembro de Guinness World Records, por lo que participó de varios eventos como jurado. El último fue en el de la limonada más grande del mundo, en Tafí Viejo.

"Mi padre era un gran soñador y lo que más quería en la vida era ser reconocido, que la gente lo conociera, y ayudar a quienes lo necesiten", recordó su hija conteniendo el llanto. Se fue el récordman tucumano, un personaje que nunca dejó de sorprender. Quizás se cumpla su deseo y haya dejado lugar a los soñadores más jóvenes.

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