Piden que continúe la carrera de Trabajo Social en la ciudad de Aguilares

La primera protesta universitaria de 2011 explotó en Filosofía y Letras de la UNT. "¡No al cierre de Trabajo Social en Aguilares!", "¡Inscripciones, ya!". El tenor de los carteles sorprendió a propios y extraños. "Todavía no abrieron las inscripciones y muchos necesitan cursar para recibirse este año", alertaron Pedro Ponce y León Torrente, de la Agrupación Plenario Universitario de Lucha, con sus pancartas recién pintadas. La decana Judith Casali de Babot aclaró: "no hay tal cierre. Se trata de una carrera a término, con el compromiso institucional de una sola cohorte. Se inscribieron 400 chicos en 2005 y hay 40 que están en condiciones de egresar este año. En mayo comenzarán las clases", explicó visiblemente molesta.

Laura Baide, directora de carrera contó que desde que se abrió la carrera, en 2005, ha despertado una gran demanda en la comunidad, tanto de Aguilares como de localidades vecinas. "Es una salida esperanzadora para los chicos que salen del secundario. Nuestros alumnos, antes de que egresen ya tienen ofertas de trabajo. Y en esta zona se necesitan profesionales", agregó, mientras compartían un café con la vicedirectora de la carrera, Ester Pérez de Nucci y la docente Inés Suayter.

Yanina Muñoz, alumna y delegada de la carrera cree que no hay predisposición desde el decanato para abrir la carrera: "Nos dicen que no hay presupuesto para que continúe la carrera; pero ¿cómo hay dinero para abrir una tecnicatura en Aguilares? No tienen en cuenta que según un relevamiento hay 200 personas que se quieren inscribir y no pueden".

La decana le explicó a LA GACETA la "absoluta imposibilidad de afrontar económicamente" el pedido de la comunidad educativa de Trabajo Social. "Sería irresponsable abrir una carrera sin los puntos que se necesitan para cubrir los cargos de 12 profesores auxiliares y seis adjuntos", dijo. Sin embargo, aseguró que desde el año pasado viene gestionando junto al rector, Juan Alberto Cerisola, la posibilidad de replicar la carrera.

Casali de Babot respondió a las críticas sobre la apertura de tecnicaturas. "Los costos de esas carreras cortas corrieron por cuenta de los intendentes, nosotros sólo ponemos los docentes, pero no los sueldos", advirtió.

Otro inconveniente es la falta de infraestructura (las clases se dictan en un local de la Sociedad Sirio Libanesa). "Es inhumano trabajar allí, los baños son un desastre y los techos no se pueden arreglar", reconoció la propia decana. Le ofrecieron aulas en el Instituto Técnico de la UNT de Aguilares; pero sólo podrá disponer de ellas si queda espacio.

Docentes y profesores también piden que los alumnos puedan recursar las materias en Aguilares, y no en la capital. "Hay mucho esfuerzo de la municipalidad, que hasta les paga el pasaje a los profesores para que vayan a enseñar. No sabemos si hay voluntad política de la UNT de abrir la carrera", dijeron las docentes. "Los alumnos de Aguilares tienen perfil especial, son trabajadores o madres con hijos chicos, que viajan de poblaciones alejadas, como La Cocha, La Madrid y Monteros. No faltan y tienen buenas notas", concluyeron.