La voracidad fiscal ahogará al asalariado

La voracidad fiscal ahogará al asalariado

29 Enero 2011
En los últimos años, la presión impositiva se ha incrementado notablemente, especialmente a nivel provincial. El hecho de que se mantengan las históricas moratorias refleja que el contribuyente tiene dificultades para cumplir con los compromisos tributarios. En nuestra edición de ayer informamos que el aumento de las Contribuciones que Inciden Sobre el Inmueble (CISI) y el revalúo inmobiliario reducirán en mayor medida el poder adquisitivo del salario en 2011, si se lo compara con la presión que suponen el impuesto a las Ganancias junto a otros tributos nacionales.

Alrededor de 90.000 contribuyentes de San Miguel de Tucumán afrontan ya subas del CISI municipal tras la recategorización de los inmuebles. Los ajustes representan aumentos de hasta $ 100, y en una franja menor (unos 5.000) las variaciones superan los $ 100, comparado con el importe de 2010. En el caso del revalúo de las propiedades, los ajustes alcanzan al 52% del padrón de la Dirección General de Rentas, conformada por 256.000 hogares de clase media y alta: los contribuyentes pagarán desde $ 100 de aumento, según la categoría. En el afán de recaudar más, la repartición decidió recientemente que las transacciones que se efectúa vía internet tributen Ingresos Brutos a partir del martes próximo.

En el ranking nacional de 2010, los salarios del sector privado de Tucumán se ubicaron en el penúltimo lugar con un promedio de $ 2.366, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos. La titular del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas dijo que las cargas tributarias locales y el incremento de los precios de productos y tarifas de servicios inciden en la capacidad de los salarios de manera indirecta, teniendo en cuenta que no son retenciones que se deducen en los recibos de sueldos, pero acotó que el impacto es mayor en relación con el régimen federal. Afirmó que las subas salariales no acompañan a la inflación real. "Hay una pérdida de poder adquisitivo porque el ingreso es fijo en aquellos empleados en relación de dependencia y el aumento no es equiparable a la inflación", dijo.

Un investigador del Instituto para el Desarrollo Social Argentino indicó que en 2010 los trabajadores registrados recibieron subas en los haberes de un 22%, pero si se los compara con los índices de la inflación, que según economistas y consultoras se ubicó en un 25%, es evidente la caída salarial. El economista aseveró que desde principios de la década de 1990 no se efectuó reforma alguna de la política fiscal nacional. Las únicas modificaciones ocurrieron en 2005, pero sólo se trataron de aumentos o creaciones de nuevos impuestos. Según el experto, los gobiernos provinciales aumentaron la presión fiscal sobre los contribuyentes por la falta de una buena ley de coparticipación.

Con la excesiva presión impositiva, como sucede siempre, los más perjudicados son los asalariados. Históricamente, los sueldos fueron por detrás de la inflación. Cuando el gobierno de turno da un aumento, casi inmediatamente suben los precios en forma generalizada, con lo cual el incremento queda automáticamente anulado y así sucesivamente. De ese modo, ciudadano medio nunca obtiene un beneficio real en lo que a haberes se refiere. Pero es la clase pasiva la que vive con mayor dramatismo e impotencia esta realidad, si se tiene en cuenta que más de 70% percibe la jubilación mínima que apenas sobrepasa los $1.000.

Se supone que los gobiernos deben buscar el bienestar de la población. Si Tucumán ocupa el penúltimo lugar en la escala salarial nacional a nivel privado no se entiende la voracidad fiscal. Se empuja una vez más al ciudadano a optar entre pagar los impuestos o vivir. Si la mayoría trabaja sólo para pagar tributos, la vida se vuelve una desdicha.

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