"Si quieres conocer a un individuo, hazlo jugar"

"Si quieres conocer a un individuo, hazlo jugar"

Pionero en la enseñanza de la Educación Física, el profesor Mendoza es testimonio vivo del desarrollo de la disciplina en la Universidad Nacional de Tucumán

MAESTRO DE VIDA. Eso es Mendoza para sus numerosos discípulos. LA GACETA / IRENE BENITO MAESTRO DE VIDA. Eso es Mendoza para sus numerosos discípulos. LA GACETA / IRENE BENITO
28 Noviembre 2010
A diferencia del dibujante húngaro Lajos Szalay, del plástico Atilio Terragni, de los médicos Juan Dalma y Julio Prebisch, del ingeniero Adolfo Piossek y del científico Horacio Descole, a diferencia de estas figuras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), el profesor entrerriano Osmar Arnaldo Mendoza aún vive para contar su experiencia en la fundación del Departamento de Educación Física, y la posterior y sucesiva transformación del organismo en Instituto, Escuela y Facultad.

Vive para contar un fenómeno institucional incluido en el programa del II Congreso sobre la historia de la UNT de marzo de este año, actividad que hermana la contribución del docente de Educación Física con los servicios que, en diferentes campos del conocimiento y la gestión, prestaron Szalay, Terragni, Dalma, Prebisch, Piossek y Descole. Como la mayoría de ellos -y al igual que los trascendentes educadores Federico Dickens y Enrique Romero Brest-, Mendoza dejó su tierra (Entre Ríos) para, en 1949, unirse al proyecto universitario que había inaugurado Juan B. Terán.

Afable y metódico, Mendoza goza como un niño con la narración de las peripecias de su vida académica y deportiva -practicó el voleibol, sóftbol, basquetbol, remo y lanzamiento de disco y, a los 84 años, aún concurre al frontón de Atlético Tucumán-. En su domicilio particular de la calle Chile al 900, una pared con recuerdos enmarcados (títulos, entrevistas, diplomas) confirma la buena convivencia entre el dueño de casa y su pasado.

Credo aplaudido

No había casi clubes cuando Mendoza llegó a Tucumán. La educación física era una asignatura incómoda, dictada a contraturno en la escuela secundaria, y a menudo confundida con el deporte y la gimnasia. Los docentes escaseaban (sólo la Universidad Nacional de La Plata ofrecía la carrera de profesor) y, por lo general, carecían de herramientas pedagógicas.

Romero Brest propone llenar esos vacíos con un enfoque humanístico de la materia, perspectiva que Mendoza coloca en las antípodas de la búsqueda obsesiva de la plusmarca. "La finalidad no consiste en formar a un buen futbolista. En todo caso, esto será una consecuencia del propósito fundamental de hacer de ese ser humano una mejor persona por medio del fútbol", pontifica el profesor. Y añade: "si quieres conocer a un individuo, hazlo jugar".

Aunque el culto al éxito (individual y deportivo) parezca invencible, el entrerriano nunca abandona su credo. El año pasado, Mendoza recordó a los colegios de profesores de Educación Física del noroeste que el docente debe ser maestro de vida y conducta, e impedir que los alumnos consideren al oponente como un enemigo al que hay que vencer o vencer. Cientos de colegas lo aplaudieron de pie.

Atravesados

La concepción de una educación física que prepare para un mayor y mejor nivel de vida, y que enfrente a los estudiantes con el esfuerzo, la competencia, la exigencia y la necesidad de cumplir un rol en un equipo acompaña a Mendoza desde sus tiempos de alumno becado en el Instituto General Manuel Belgrano (San Fernando, Buenos Aires), de donde egresó con el título de profesor.

Y la convicción crece cada vez que el docente entrerriano piensa en la ilusión que despertó aquel Departamento de Educación Física creado en 1947 y equipado con el criterio de la excelencia. Mendoza recorre las escuelas de Tucumán y del norte con la meta de levantar inscripciones. Durante esos primeros años, el profesorado es impartido en las instalaciones universitarias de San Javier. Más tarde, el proyecto crece con la adquisición de los estatus de Instituto y Escuela (Eudef), y de la actual sede, que perteneció al Club Natación de Gimnasia.

Los cambios de Educación Física atraviesan la vida de Mendoza tanto como Mendoza los atraviesa a ellos. Después de 49 años de ejercicio de la docencia y tras conseguir en 2003 que el Consejo Superior de la UNT apruebe la conversión de la Eudef en Facultad, el profesor decide jubilarse. Había cumplido generosamente su tarea defendiendo la idea de que el alumno sólo se expresa tal cual es y siente cuando sale al recreo.

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