17 Octubre 2010
Los buenos precios interno y externo que exhibe la soja no generan grandes expectativas en Tucumán. La oleaginosa, el tercer cultivo en importancia de nuestra provincia, con un ingreso anual de $ 662 millones, deberá resignar terreno en la próxima campaña, para compensar los efectos nocivos del picudo negro, una plaga que, por ahora, ataca solamente al grano que se cultiva en la región. Para esta temporada, se espera una caída en la superficie con soja de por lo menos 20.000 hectáreas en nuestra provincia. El favorecido será el maíz, que expandirá su superficie cultivada, y la caña de azúcar, que en 2011 tendrá una mayor producción que la de este año, a causa de los buenos precios interno y externo del azúcar, y de las perspectivas que brindan los biocombustibles.
La soja se empieza a cultivar en Tucumán a partir del 20 de noviembre, si las condiciones de humedad de los suelos lo permiten, mientras que el maíz se siembra desde el 10 de diciembre. El picudo negro es un insecto derriba rendimientos o mata la planta, y combatirlo con químicos cuesta alrededor de U$S 100 por hectárea, un valor demasiado alto. En este escenario, no quedan muchas opciones: hay que desembocar en el maíz, un cultivo que arroja un volumen por hectárea que casi duplica el de la soja y, por lo tanto, requiere de un mayor gasto en fletes. Para colmo, no resulta fácil exportar el maíz argentino por las trabas gubernamentales, de manera que incursionar en este cultivo significa la posibilidad de tener que almacenar por tiempo indefinido el grano, y en Tucumán no hay silos suficientes para satisfacer un aumento de la demanda.
Ultimos datos
Mario Devani, jefe de la sección Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) informó que durante la última campaña de soja se sembraron 274.000 hectáreas (7% menos que la temporada anterior), con un total de 850.000 toneladas de producción final. La superficie cedida por la soja fue ganada por el cultivo de la caña y por algo de poroto, indicó Devani. La campaña fue bastante buena, con rendimientos promedio por arriba de las últimas tres campañas, es decir 3.100 kilos por hectárea.
En la última semana, el precio de la soja llegó a cotizar a $ 1.160 en el mercado argentino, el mejor precio pagado por la oleaginosa en la Bolsa de Comercio de Rosario desde febrero de 2008.
La soja se empieza a cultivar en Tucumán a partir del 20 de noviembre, si las condiciones de humedad de los suelos lo permiten, mientras que el maíz se siembra desde el 10 de diciembre. El picudo negro es un insecto derriba rendimientos o mata la planta, y combatirlo con químicos cuesta alrededor de U$S 100 por hectárea, un valor demasiado alto. En este escenario, no quedan muchas opciones: hay que desembocar en el maíz, un cultivo que arroja un volumen por hectárea que casi duplica el de la soja y, por lo tanto, requiere de un mayor gasto en fletes. Para colmo, no resulta fácil exportar el maíz argentino por las trabas gubernamentales, de manera que incursionar en este cultivo significa la posibilidad de tener que almacenar por tiempo indefinido el grano, y en Tucumán no hay silos suficientes para satisfacer un aumento de la demanda.
Ultimos datos
Mario Devani, jefe de la sección Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) informó que durante la última campaña de soja se sembraron 274.000 hectáreas (7% menos que la temporada anterior), con un total de 850.000 toneladas de producción final. La superficie cedida por la soja fue ganada por el cultivo de la caña y por algo de poroto, indicó Devani. La campaña fue bastante buena, con rendimientos promedio por arriba de las últimas tres campañas, es decir 3.100 kilos por hectárea.
En la última semana, el precio de la soja llegó a cotizar a $ 1.160 en el mercado argentino, el mejor precio pagado por la oleaginosa en la Bolsa de Comercio de Rosario desde febrero de 2008.
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