Como si hubiera petróleo en Tucumán

Como si hubiera petróleo en Tucumán

El presente empuja buenas noticias, el futuro inmediato ilusiona a muchos, el largo plazo despunta mejor de lo que parece. Como nunca antes, la actividad azucarera se está convirtiendo en un imán que mueve el termómetro de los inversores. La posibilidad de que la actividad deje de ser cíclica, como viene siendo hasta hoy para pasar a un régimen contínuo durante todo el año es el desafío que está a la mano. Eso significará que en los 365 días del año los ingenios tucumanos (también los del norte, claro) podrán cogenerar energía, del mismo modo que destilar y deshidratar alcohol el año completo, y hacer azúcar cuando sea el período previsto. El negocio del etanol para mezclar las naftas, el buen precio que mantiene y se proyecta para el azúcar y la producción de energía están generando movimientos en las estructuras de las empresas. Se conoce del interés sobre varios ingenios, en la misma línea que algunos propietarios de las principales fábricas se atrincheran para rechazar ofertas de venta. "Es como si en Tucumán se hubiera descubierto petróleo a escala, y cuando el negocio se potencia son más los que quieren entrar", dice un alto ejecutivo de una compañía azucarera. Desde el Gobierno escrutan este panorama con interés. "Hay como una suerte de lista de espera para ingresar a este nuevo mundo azucarero, sobre todo por lo que genera el alcohol y la producción energética; están apareciendo inversores porque ahora el negocio se presenta bueno y previsible, pero también es cierto que hay poca disposición de vender", advierte un funcionario que sigue de cerca la actividad.

Las hectáreas cultivadas con caña pegaron un salto en su valor y hoy están entre 8.000 y 10.000 dólares, bastante por arriba de lo que valían hace un año. Y en una confirmación de esta marcha, se sabe que el 27 de este mes varios ingenios que están desarrollando proyectos de cogeneración se presentarán a la licitación de unos 100 megavatios mensuales de energía que instrumentará el Ministerio de Planificación Federal. Un dato para advertir el volumen de la operación con un insumo escaso en el país: Tucumán demanda un consumo mensual de 400 megavatios, así que los azucareros que se incorporen al programa pondrán cubrir, de movida, un cuarto de las necesidades energéticas de la provincia. Existe, incluso, la idea de avanzar con un préstamo de U$S 140 millones de dólares que colocaría uno de los organismos del BID con destino a obras de infraestructura de apoyo para la industria y para incorporar tecnología que mejore la eficiencia de la actividad. La posibilidad de construir ingenios más eficientes, con tecnología nueva y ubicarlos en el Este no es una utopía; hay quienes recuerdan que en ciertas zonas de cañaverales hubo más de una fábrica. De esto se habla en días por estos lares. La liquidez de la plaza argentina ayuda. Acaso sea el momento para que el sector público y el privado trabajen conjuntamente para definir proyectos productivos que sumen mejores esperanzas para los tucumanos.

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