10 Febrero 2010
"Opté por largar, por no pensar en el triunfo y el dinero y priorizar a mi familia", señala Carlos Angel "Chango" Paliza, al explicar la razón por la que a fines de los 70 dejó su puesto en Los Tucu Tucu, cuando el grupo ya estaba en la cúspide del éxito.
El "Chango", que el viernes festejará sus 50 años con la música, dice que le costaba alejarse de sus hijos por largos períodos (Los Tucu hacían interminables giras por el país, América y Europa). "Pero al dejar gané el cariño de la gente, aprendí a manejarme mucho mejor musicalmente, y que la vida es hermosa y vale la pena ser vivida. También a amar más al país y a cantarle", señala el autor de "Zafrero" y "Ay niña", entre otros clásicos del folclore que están grabados en el inconsciente colectivo de los argentinos.
Pero haberse alejado de las luces no significó desprenderse de su pasión por la música. "Todavía sigo componiendo, aunque Sadaic no se porte muy bien conmigo", dice, y por humildad se niega a responder cuántas canciones tiene registradas. "Más de 100, y un montón más que no anotó", dice a su lado Lucho Parra, "el payador perseguido", colega, amigo y compañero de aventuras.
"Como autor apunto a la belleza, a nuestros paisajes y a la música que hay en el aire de Tucumán. Siento mucho amor por la tierra y debo agradecerle que me permita pisarla", define Paliza, hoy de 75 años (él prefiere responder "todos", cuando se le pregunta cuantos años tiene).
El músico se sumó a Los Tucu en 1958, poco después de su formación bajo el nombre de Las Voces del Surco. Grabó el primer disco del grupo, y luego otros 15 trabajos. Compartió con sus compañeros discos de Oro, triunfos en Cosquín y reconocimientos y ovaciones en todo el mundo. "No me arrepiento de esos años, porque mi vida con Los Tucu fue hermosa y estuvo llena de experiencias fabulosas", detalla.
Antes, y tras haber estudiado música, formó el dúo Los Forasteros con José Miranda Villagra, hasta que entró a Los Tucu.
El compositor y cantor, especialista en zambas y bagualas, extrañaba su casa, y dejó todo. "Perdí mucho el vínculo con mis hijos, pasaba mucho tiempo sin verlos", señala sobre aquella decisión que tomó en 1977 de despegarse de Los Tucu, y habla con los ojos encendidos de Angel José, Cecilia (cantante) y María Inés, sus tres hijos.
Sin embargo, el "Chango" siguió cantando y tocando la guitarra. Continuó sumando premios y reconocimientos, y junto a los músicos Totino Rocha (percusión), Virgilio Gallardo (bandoneón y arreglos) y Oscar Alvarez (guitarra y voces), editó dos discos y sigue actuando.
Eso le permite conocer qué pasa en la provincia, y el análisis que hace no es muy bueno. "Creo que el folclore está desapareciendo, aunque por suerte todavía hay gente que lo defiende", afirma.
Paliza cree que el principal problema es que los músicos y autores tucumanos están desunidos y que no tienen suficiente apoyo. Pero prefiere no echarle más leña al fuego y no personalizar sus críticas.
Aunque dice que no es quien va a salvar a la música popular tradicional, se siente comprometido con la situación. "Si nos juntamos los que la amamos no va a morir -define-, porque el folclore nos pertenece, es parte de nuestras raíces como argentinos, es como una religión".
Una celebración con los amigos de toda la vida y la familia
"En realidad empecé a cantar y a componer en el 57, y en el 59 grabé el primer disco con Los Tucu. Pero cuento desde el 60 porque fue cuando salió ese trabajo", dice Carlos "Chango" Paliza (a la izquierda en la foto) al explicar la razón por la que festeja ahora sus 50 años con la música. "Bueno, y también para hacerme el chango y redondear los números", aclara entre risas. La celebración se realizará el viernes a las 22 en La taberna de Don Juan (avenida Alem y Rondeau), con la participación de su hija Cecilia Paliza, Lucho Parra, "el payador perseguido", Vidal Cerruti, Luces de Tucumán y la pareja de danzas de Carolina y Gabriel.
El "Chango", que el viernes festejará sus 50 años con la música, dice que le costaba alejarse de sus hijos por largos períodos (Los Tucu hacían interminables giras por el país, América y Europa). "Pero al dejar gané el cariño de la gente, aprendí a manejarme mucho mejor musicalmente, y que la vida es hermosa y vale la pena ser vivida. También a amar más al país y a cantarle", señala el autor de "Zafrero" y "Ay niña", entre otros clásicos del folclore que están grabados en el inconsciente colectivo de los argentinos.
Pero haberse alejado de las luces no significó desprenderse de su pasión por la música. "Todavía sigo componiendo, aunque Sadaic no se porte muy bien conmigo", dice, y por humildad se niega a responder cuántas canciones tiene registradas. "Más de 100, y un montón más que no anotó", dice a su lado Lucho Parra, "el payador perseguido", colega, amigo y compañero de aventuras.
"Como autor apunto a la belleza, a nuestros paisajes y a la música que hay en el aire de Tucumán. Siento mucho amor por la tierra y debo agradecerle que me permita pisarla", define Paliza, hoy de 75 años (él prefiere responder "todos", cuando se le pregunta cuantos años tiene).
El músico se sumó a Los Tucu en 1958, poco después de su formación bajo el nombre de Las Voces del Surco. Grabó el primer disco del grupo, y luego otros 15 trabajos. Compartió con sus compañeros discos de Oro, triunfos en Cosquín y reconocimientos y ovaciones en todo el mundo. "No me arrepiento de esos años, porque mi vida con Los Tucu fue hermosa y estuvo llena de experiencias fabulosas", detalla.
Antes, y tras haber estudiado música, formó el dúo Los Forasteros con José Miranda Villagra, hasta que entró a Los Tucu.
El compositor y cantor, especialista en zambas y bagualas, extrañaba su casa, y dejó todo. "Perdí mucho el vínculo con mis hijos, pasaba mucho tiempo sin verlos", señala sobre aquella decisión que tomó en 1977 de despegarse de Los Tucu, y habla con los ojos encendidos de Angel José, Cecilia (cantante) y María Inés, sus tres hijos.
Sin embargo, el "Chango" siguió cantando y tocando la guitarra. Continuó sumando premios y reconocimientos, y junto a los músicos Totino Rocha (percusión), Virgilio Gallardo (bandoneón y arreglos) y Oscar Alvarez (guitarra y voces), editó dos discos y sigue actuando.
Eso le permite conocer qué pasa en la provincia, y el análisis que hace no es muy bueno. "Creo que el folclore está desapareciendo, aunque por suerte todavía hay gente que lo defiende", afirma.
Paliza cree que el principal problema es que los músicos y autores tucumanos están desunidos y que no tienen suficiente apoyo. Pero prefiere no echarle más leña al fuego y no personalizar sus críticas.
Aunque dice que no es quien va a salvar a la música popular tradicional, se siente comprometido con la situación. "Si nos juntamos los que la amamos no va a morir -define-, porque el folclore nos pertenece, es parte de nuestras raíces como argentinos, es como una religión".
Una celebración con los amigos de toda la vida y la familia
"En realidad empecé a cantar y a componer en el 57, y en el 59 grabé el primer disco con Los Tucu. Pero cuento desde el 60 porque fue cuando salió ese trabajo", dice Carlos "Chango" Paliza (a la izquierda en la foto) al explicar la razón por la que festeja ahora sus 50 años con la música. "Bueno, y también para hacerme el chango y redondear los números", aclara entre risas. La celebración se realizará el viernes a las 22 en La taberna de Don Juan (avenida Alem y Rondeau), con la participación de su hija Cecilia Paliza, Lucho Parra, "el payador perseguido", Vidal Cerruti, Luces de Tucumán y la pareja de danzas de Carolina y Gabriel.
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