Fallan contra Italia por la presencia de crucifijos en las aulas

Fallan contra Italia por la presencia de crucifijos en las aulas

Rechazo del Gobierno y cautela del Vaticano.

04 Noviembre 2009
ROMA.- La Corte Europea de los Derechos Humanos declaró que la presencia de crucifijos en las aulas es una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y de la libertad de religión de los alumnos.
La medida generó una cautelosa reacción por parte del Vaticano, que evitó pronunciarse inmediatamente sobre ello, y un severo rechazo del gobierno italiano, que rápidamente anunció su decisión de recurrir la sentencia, que también obliga al gobierno de ese país a pagar una indemnización de 5.000 euros por daño moral.

El primer reclamo
El fallo responde al recurso presentado por Soile Lautsi, italiana de origen finlandés, que en 2002 había pedido al instituto donde estudiaban sus dos hijos que quitara los crucifijos de las paredes.                                                                                                                                                                                                                Después de numerosos intentos fallidos ante los tribunales italianos, la mujer recurrió a la corte europea de los derechos del hombre, que le dio la razón y declaró la usanza italiana de exponer un crucifijo en las aulas de las escuelas públicas como una violación de los derechos fundamentales.
La sentencia es la primera que la Corte de Estrasburgo emite en materia de exposición de símbolos religiosos en las aulas. "Creo necesario reflexionar antes de comentar", explicó el director de Prensa del Vaticano, Federico Lombardi. En cambio, el juez Nicola Lettieri, que representa a Italia ante la Corte de Estrasburgo, cuestionó severamente la decisión y anunció que su gobierno recurrirá la sentencia.
También otros exponentes del Ejecutivo de centro-derecha que actualmente gobierna en Italia criticaron el fallo. La ministra de Educación, Mariastella Gelmini, aseguró que el crucifijo es un símbolo de la tradición y que su exposición en las aulas no implica adhesión al catolicismo. El ministro de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales, Luca Zaia, fue más severo y aseguró que la decisión de los jueces europeos es "pseudo democrática" y ofende a muchas personas, sean cristianas o no. (Télam)

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