Peripecias del doctor García

Peripecias del doctor García

El gobernador derrocado por la revolución de 1893. Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción LA GACETA.

PROSPERO GARCIA. Retrato a la carbonilla, ejecutado por Lola Mora, que se conserva en el Museo Histórico Nicolás Avellaneda. PROSPERO GARCIA. Retrato a la carbonilla, ejecutado por Lola Mora, que se conserva en el Museo Histórico "Nicolás Avellaneda".
11 Agosto 2009
Una digna figura de la política tucumana en la segunda mitad del siglo XIX fue la del doctor Próspero García. Había nacido en 1826 en un hogar de próceres. Su padre, el doctor Domingo García, fue gobernador de Tucumán en la época de la batalla de Campo de las Carreras, y su madre, Fortunata García, era la heroína que robó y dio cristiana sepultura a la cabeza del degollado Marco Avellaneda.
García se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires, en 1852. Ejerció la profesión un tiempo en esa ciudad y regresó a Tucumán en 1858. Ese año, Marcos Paz lo designó ministro de Gobierno, con lo que su nombre quedaría unido a aquella progresista administración.
En 1860-61 fue diputado por Tucumán al Congreso de la Confederación, en Paraná.
Después de Pavón, sería juez federal en Santiago del Estero, y en 1878, nuevamente diputado nacional hasta 1880. Desempeñó también cargos en la magistratura judicial de su provincia.
Corría 1890 cuando, tras la renuncia de Silvano Bores, el Colegio Electoral designó gobernador de Tucumán al doctor García. Le tocó una época de enormes dificultades económicas, por la crisis que asolaba al país. Mantenía fuertes conflictos con la Legislatura y debió manejarse con decretos para establecer impuestos adicionales. En 1893, la Unión Cívica Radical organizó una revolución armada en su contra.
El 7 de setiembre, los rebeldes tomaron la Penitenciaría (entonces ubicada en avenida Sarmiento y 25 de Mayo), mientras el gobierno nacional se limitó a enviar el Regimiento 11 con la única función de custodiar los edificios federales, sin intervenir en lo demás.
García enfrentó a los golpistas con el piquete provincial. Las acciones se mantuvieron indecisas, hasta que el Regimiento 11 se amotinó y se pasó a los revolucionarios.
Esto dejó a García sin posibilidades de resistir. Entregó el gobierno a la Junta Revolucionaria y fue puesto en prisión. Las fuerzas nacionales, que llegaron luego en gran número y sometieron a los alzados, liberarían al doctor García, pero nunca lo repusieron en su cargo.
Finalmente, renunció en un documento donde enjuiciaba severamente aquellos sucesos. Pocos meses después falleció, el 14 de abril de 1894. En el Senado nacional, Bernardo de Irigoyen lo calificó como "una gran figura nacional y el hombre expectable y moderador mejor preparado de la República".

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios