La falta de empleo o de plata incide en el fracaso de la pareja

La falta de empleo o de plata incide en el fracaso de la pareja

Un estudio revela los factores que influyen en el divorcio y los que resultan irrelevantes. El hombre más de nueve años mayor que la mujer tiende más a separarse. Si la esposa trabaja o no, carece de importancia.

MAS QUE AMOR. Estar enamorados no basta para que los miembros de una pareja se mantengan juntos. MAS QUE AMOR. Estar enamorados no basta para que los miembros de una pareja se mantengan juntos.
17 Julio 2009
SIDNEY.- Vivir felices y comer perdices no tiene por qué pasar sólo en los cuentos de hadas. Un equipo de investigadores australianos afirman que han encontrado el remedio para que una pareja se mantenga unida, lo cual supone más que el hecho de estar enamorado.
La edad, las relaciones anteriores y si fuman o no constituyen factores que influyen en la duración del matrimonio, según el estudio efectuado por los investigadores de la Universidad Nacional australiana.
El trabajo, llamado "What's Love Got to Do With It" (¿Qué tiene que ver el amor con esto?, recordando una famosa canción de Tina Turner),  se llevó a cabo observando a unas 2.500 parejas, casadas o que convivían, desde 2001 hasta 2007. El objetivo era identificar los factores asociados a aquellos que siguieron juntos y a quienes se divorciaron o separaron.
El equipo llegó a varias conclusiones. Por ejemplo, cuando el esposo es nueve o más años mayor que la mujer está dos veces más dispuesto a divorciarse, al igual que los hombres que se casan antes de los 25 años.

Hijos y padres
Los niños también influyen en la duración del matrimonio, dado que se separó el 20% de los cónyuges que habían tenido hijos antes del matrimonio, tanto de una relación anterior como de la misma pareja, frente a apenas el 9% de quienes no tuvieron hijos antes de convivir.
Las mujeres que quieren tener más hijos de los que desea su marido son más propensas a inclinarse por el divorcio.
Los progenitores de la pareja juegan un papel influyente. Según el estudio, el 16% de los hombres y mujeres cuyos padres se habían divorciado o separado hacían lo mismo, frente al 10% de los hijos de padres no separadas. Aquellos que están en su segundo o tercer matrimonio tienen un 90% más de probabilidades de divorciarse que una pareja en la que para ambos es el primer enlace.
Aunque no sea una sorpresa, el dinero también aporta su granito de arena, y hasta el 16% de los encuestados que se había declarado pobre o en los casos en los que el esposo -no la mujer- no tenía empleo, se separaron, mientras que de las parejas con dinero sólo se divorció el 9%.
Asimismo, las uniones en las que una de las partes fuma y la otra no también tienen tendencia a que la relación fracase.
En cambio, los factores que demostraron que no tienen especial relevancia en las separaciones fueron el número y la edad de los niños nacidos durante el matrimonio, la situación laboral de la mujer y el número de años que la pareja había tenido trabajo. (Reuter)

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