"Nada nos garantiza hasta ahora una salida de la crisis"

"Nada nos garantiza hasta ahora una salida de la crisis"

El economista sostuvo que se debe ser prudentes, pese a los atisbos que dan cuenta de una reversión de la desaceleración. Pesimismo respecto de profundizar los procesos de corrección de las desigualdades sociales.

17 Mayo 2009
La crisis propiciará un nuevo escenario mundial, con una segura mayor intervención del Estado en la economía, aunque nada garantiza que ese orden esté orientado a reducir las desigualdades, según Esteban Nicolini, experto en problemas de población, de pobreza y de inequidad en el largo plazo.
En este contexto, el economista tucumano aseveró, durante una entrevista con LA GACETA, que la Argentina, después de haber mejorado notablemente los índices sociales entre 2003 y 2007, ahora enfrenta una pronunciación de la desigualdades, pese a que los índices oficiales la soslayan.

- ¿Esta crisis financiera mundial ha acentuado las desigualdades? ¿En qué proporción?
- En el contexto internacional, antes de la crisis, lo que fue negativo no tanto para la inequidad pero sí para la pobreza fue el aumento del precio de los alimentos, que paradójicamente fue bueno para la Argentina. En términos de pobreza la crisis tuvo un efecto positivo en el mundo en general, debido a que cayó el precio del petróleo y el del maíz, con lo cual la desaceleración, pero esto fue malo para la Argentina. Para el caso argentino, el efecto de la crisis sobre la distribución del ingreso no es nada grave. La distribución es robusta y tiende a variar muy lentamente. De modo que aún no se registra ningún impacto en la distribución. Pero en relación con la pobreza, seguramente sí hay un impacto importante. El problema que tenemos ahí los economistas es que no hay datos confiables y, por ende, no podemos decir nada con certeza. Además, sospechamos con muchos motivos de que se está pintando una realidad mucho más buena de la que es. En consecuencia, según el Indec, la crisis no impacto en la pobreza de manera clara. Pero se puede sospechar, después de una reversión drástica de la pobreza de los últimos años, que sí se sufrió un impacto fuerte.

- Este nuevo escenario económico que surge como consecuencia de la crisis, ¿puede servir para corregir esas desigualdades y propiciar más equidad?
- Si este rediseño de las políticas económicas tanto en el ámbito nacional, es decir, de cada país, y en el internacional, o sea, respecto del rol de los organismos crediticios, genera algo, será algo más bien vinculado al rebote. Creo que en este momento la preocupación del diseño de estrategias es básicamente un nuevo rol del Estado en la economía, pero la reducción de la pobreza está lejos de ser la prioridad. Puede ser positivo una mayor presencia del Estado con políticas activas y que dentro de un paquete global se incluya el ataque a la pobreza, pero yo no sería muy optimista al respecto.

- ¿Qué acciones debe tomar el país para reencauzar el crecimiento y mejorar la distribución?
- Estamos en una coyuntura muy especial. Probablemente el año que viene y, sobre todo, 2011 se dé la salida de la crisis: comenzarán a reconstruirse las redes de crédito y se volverá a crecer. Es una parte del escenario que sería alentadora. Pero en el país tenemos la cuestión delicada de la transición política, ya sea un triunfo del oficialismo o la llegada de la oposición al poder. Esto puede generar otros rumbos que no sabemos cuáles son. En tercer lugar, el aspecto más importante es que, hasta ahora, el país creció debido a una situación terrible en 2001 y a una situación muy favorable después de ello. Probablemente ahora mejore, pero el efecto rebote no será el mismo. De modo que el crecimiento dependerá de bases más sólidas. Ya se consumió el rebote de 2001 y, sin dudas, hay méritos de las gestiones de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner. Pero ahora el tipo de respuestas debe ser distinto.

- Ahora ya no se puede devaluar más, por ejemplo...
- Si se mantiene el tipo de cambio alto se alimentará la inflación. Hay que diseñar estrategias de largo plazo y no parece que el Gobierno ni la oposición lo tengan muy en claro. Todo depende de la decisión política, de eliminar las distorsiones que se introdujeron, de limpiar las instituciones... es decir, transitar por un camino que sospechamos que puede ser interesante.

- ¿Cuánto tiempo más cree que durará la crisis? ¿De qué factores dependerán? ¿Al sector real todavía le esperan más golpes; es decir, más desocupación, tasas altas, menos consumo, etcétera?
- Hay dos posibles maneras de verlo. Sabemos que dentro de una caída que continúa, la caída es cada vez más lenta. Tenemos datos de Estados Unidos: los seguros de desempleo están creciendo, pero cada vez más lentamente; sigue habiendo gente que los pide, pero menos. En Europa sigue cayendo la economía, pero más levemente. La mayoría pronostica un despegue muy lento, con lo cual es posible que la desaceleración dure durante todo 2010. Algo muy importante también es que durante esta crisis, con respecto a la que empezó en 1929 y duró cuatro años, la respuesta fue distinta. En la historia reciente tuvimos dos enfermos muy graves. Ahora los médicos están haciendo más que en 1930, con lo cual es posible que se revierta más rápido esta crisis. Si uno mira los datos superficialmente, puede decir que en 2010 tendremos una recuperación. Pero, si se mira la anterior crisis, realmente nada nos garantiza que en un año surja nueva información sobre ineficiencias en el sistema financiero... no sabemos lo que es, pese las buenas señales. Cuando los eventos son tan únicos, predecir es extremadamente difícil. Hay que ser muy prudentes. Nada nos garantiza hasta ahora una salida de la crisis.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios